Arequipa

17 y 18.05.2009:


Salgo de Copacabana camino de la frontera con Perú para cruzar hasta Arequipa. Aquí el tramite aduanero se limita a ponerte un sello y recomendarte que cambies tu dinero en Bolivia antes de entrar en Perú (supongo que el de la casa de cambios debe ser primo del de la aduana, o algo así).

El transito de un país a otro es una pura ficción jurídico-política, pues no cambia absolutamente nada: ni el paisaje, ni la gente, ni las costumbres, ni la vestimenta, ni el idioma (no el castellano que lo hablan francamente mal en ambos países, sino el quechua y un poco de aymara). Los mismos autobuses, las mismas carreteras, los mismos mercadillos, los mismos platos, etc., etc.. (en un tiempo estos dos países eran uno solo formando parte del reino del Alto Perú y, supongo que su división se debería mas a intereses de sus élites políticas y oligárquico-económicas que a las diferencias -inexistentes- entre sus poblaciones).

Arequipa es conocida como la "ciudad blanca" porque todos sus edificios, hasta el siglo XIX, se construían con "sillar" una piedra volcánica blanca de alguno de sus docenas de volcanes vecinos (los mayores y mas activos son: el Chachani, de 6075 mts. y El Misti de 5822).

A pesar de los desastrosos terremotos sufridos (el ultimo en 1991), la ciudad ha sabido conservar bien su esplendida herencia colonial, en especial su increíble convento de Santa Catalina que es una ciudad en si mismo, dentro de otra ciudad. Cuenta con mas de 20000 metros cuadrados edificados dentro de un recinto amurallado que mantenía a las monjas, de absoluta, estricta y perpetua clausura (lo de perpetua era porque una vez entraban ya no salían ni muertas, pues eran enterradas dentro del propio convento).

El convento estuvo cerrado, a cal y canto, al publico hasta hace tan solo unos doce años, por lo que ha conservado perfectamente el ambiente conventual, incluidos muebles, ropas, enseres, ajuares, menajes, etc., etc, y todo lo que se necesitaba para vivir "lejos del mundanal ruido".

Tiene el convento una serie de frescos, a modo de libro o código de conducta y enseñanza de las novicias y de reflexión para las monjas ya profesas, expléndidos y muy bien conservados (Arequipa posee un excelente clima).

La dimensión del convento es tal que ¡cuenta con seis calles en su interior!. Los aposentos o celdas de las diferentes "clases" de monjas (la "diferencia" estaba, lógicamente, en la "clase") iban desde el lujoso (de las monjas aristocráticas o de buena dote) con varias dependencias para alojar a las criadas, sanitarios, capilla y cocina propias, lujoso ajuar, etc., etc., hasta el minúsculo "zulo", sin ventanas ni ventilación de las criadas o esclavas (pues en los inicios del convento -1607- aun no había sido abolida la esclavitud).

Me han resultado interesantisimas las series de frescos con sus comentarios explicativos sobre lo que representan cada uno. Ademas de ilustrar sobre como se formaban a las monjas y cuales eran sus "objetivos" a alcanzar (¡también aquí los había ya!), ¡¡es que están escritos en un castellano antiguo maravilloso!!. Me he pasado la mañana deambulando por el convento y, por la tarde, como hoy es el "Día Internacional de los Museos" y son gratis, pues eso... me he pegado una panzada de cultura que no veas.



fotos del convento de SANTA CATALINA
































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