Del 22 al 25/2/2009:
A pesar de los reparos que sobre el Carnaval tengo y de que llevo huyendo del mismo, aquí en Brasil varios días, me lo voy encontrando por doquier y ya se sabe: de lo que no quieres una taza la vida te depara dos tazones. Llegué a Olinda una ciudad colonial a orillas de mar que esta a muy poca distancia de la capital del estado Recife, pensando que los Carnavales se celebraban en ésta y no en aquella. !Craso error! Era justo al revés.
Llegué de noche a Recife y por aquello de la seguridad en vez de tomar el autobús/guagua me pille un taxi para evitar males mayores y me metí de lleno en la marabunta del carnaval de Olinda que, al parecer, esta rivalizando con los de Río y Salvador.
Algo irreal: yo en taxi dentro de la riada humana que seguía a alguna carroza hasta llegar al albergue. Media hora de miradas raras, de gente que no se apartaba ni a la de tres, en fin una risa. !Menos mal que había cerrado el precio con el taxista, porque de tener taxímetro me habría arruinado!. Para colmo en el albergue no tenían plaza. Ni en ningún sitio dedicado al hospedaje por el tema de los carnavales. Después de mucho llorar logro que me tiren un colchón en una terraza cubierta por un toldo junto con otra docena de jergones de un grupo de franceses -uno de los cuales intercede por mi-. Encima me cobran tres veces mas que un día normal.
Dado que el mogollón es en la misma calle del albergue no hay manera de dormir así que, bueno "si no puedes vencer a a tu enemigo... únete a él". Me visto y salgo a carnavalear hasta casi las 6 de la mañana, dando vueltas sin rumbo entre el gentío con empujones de borrachos, olor a "meaos" y gente empeñada en que me marcara un bailongo con ellos.
A la mañana siguiente salgo haciendo "fu" como el gato de allí para dirigirme a mi siguiente destino: Salvador de Bahía cuna del carnaval mulato, y del "forro" un ritmo muy pegajoso la verdad. Aquí el desmadre si que es apoteosico, toda la ciudad parece haberse disfrazado de mulato y mulata (sin que les cueste un gran esfuerzo pues mas de las dos terceras partes de los habitantes son negros y sus diferentes mezclas). Aquí el Carnaval tiene bastante gancho y he de reconocer que me gusto mucho. Por la tarde/noche la fiesta alcanza su paroxismo !es Martes de Carnaval! y las "blocos" (murgas, chirigotas, etc) rivalizan entre ellas para ver cual hace mas bulla y tiene la mejor coreografía. El barrio típico de Bahía, el Pelourinho, es un hervidero de miles y miles de personas (un montón de guiris -entre los que me encuentro- de mirones y el resto... SAMBA).
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