21.01.2012:
Sigiriya o la Roca del León, es quizás uno de los lugares más impresionantes de Sri Lanka.
Muchos historiadores atribuyen su actual estructura al período del reinado de Kashyapa. Durante el V siglo d.C., este rey construyó un complejo monumental en la roca, buscando un lugar más estratégico y seguro para establecer su capital (huyendo de las continuas invasiones de sus vecinos indios y ante el temor de que su propio hermano se vengara). Durante su reinado fueron construidas la ciudad, los jardines (y una avanzadisima infraestructura hidráulica),fortines y palacios cuyas estructuras aún se pueden apreciar.
Antes y después de la era de los reinados, Sigiriya fue utilizado como monasterio budista por varios siglos. Sus cuevas naturales permitieron el cobijo para los monjes que buscaban lugares de silencio para la meditación.
El complejo comprende los restos de un palacio en la parte superior, mientras que una terraza intermedia presenta la impresionante Puerta León, la cual hasta hace poco contaba con la cabeza y las patas de un enorme león tallado en la roca, del cual todavía se pueden apreciar sus hermosas garras. En este nivel se encuentran también los famosos frescos de la pared de los espejos, los cuales en su mayoría representan sinuosas mujeres (apsaras) de exquisitos contornos y colores.
Según inscripciones encontradas en la misma pared, había un total de quinientas figuras representadas, las doncellas doradas en frescos que aún hoy podemos ver en las cuevas y en lugares de la roca de las cuales solo se pueden apreciar hoy en día algunas decenas, lo cual sin embargo es suficiente para maravillarse por la calidad pictórica y representativa que demuestran.
Constituyendo un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, Sigiriya es sin duda una meta ineludible en cualquier viaje a Sri Lanka. Durante siglos Sigiriya fue considerada como una de las ocho maravillas del mundo antiguo.
Reza la leyenda que diez siglos después de la ascensión de Buda al Nirvana, en Anuradhapura la capital de la antigua Simhaladvipa, o Sarandib, o Ceilán, o País de los Leones, o la Lagrima de la India o Sri Lanka la tierra resplandeciente (que de todos esos nombres y alguno mas ha sido llamada), reinaba el Rey Dhatusena con sus hijos Mogallana y Kasyapa.
El rey nombró heredero a su hijo mayor Mogallana, pero el hermano menor (el muy bruto), descontento con ese nombramiento asesinó a su padre emparedándolo vivo y apoderándose así de la corona a la vez que trataba, infructuosamente, de asesinar también a su hermano mayor. Ante estos acontecimientos Mogallana se dio el piro a La India, jurando regresar y vengar la muerte de su querido padre.
Sabiendo que Mogallana retornaría algún día con un gran ejército, construyó Kasyapa una gran fortaleza en la cima de la “Roca del León” de Sigiriya así como un lujoso palacio donde se daba a los más exóticos placeres de la vida.
Pasaron así dieciocho años y cuando Kasyapa casi había olvidado el juramento de su hermano, regresó éste con un numeroso ejército. A Kasyapa no le quedó más remedio que enfrentarlo en una batalla, pero en medio de la ofensiva, su elefante se volvió al detectar un pantano oculto. Sus soldados pensaron entonces que se retiraba, y huyeron despavoridos abandonando a su rey frente al enemigo.
Preso de la desesperación, se suicidó Kasyapa lanzándose sobre su propia espada. Mogallana recuperó el trono que por ley le correspondía y regresó a la capital Anuradhapura dejando al palacio de Sigiriya a merced de los brazos del tiempo que poco a poco se encargó de convertirlo en ruinas (no me digáis que esto no da para un buen guión de cine).
Subir a la cima no fue nada fácil (no apto para gente con vértigo) ya que hay que subir por unos peldaños poco uniformes y pulidos por las tantísimas pisadas de los turistas. Según fuentes no oficiales son alrededor de 1200 escalones que hay que afrontar bajo un sol ardiente. Menos mal que a mitad de camino te encuentras una maravillosa sorpresa. Los pocos frescos que quedan de unas maravillosas "apsaras" de las 500 que una vez lo adornaron o la llamada “Pared espejo” que dicen fue creada cuando aún se desconocían los espejos, puliéndola con clara de huevo y miel.
Desde la cima del peñón la vista es espectacular.
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