Salta y alrededores

28.04.2009:

Desde Salta el abanico de posibilidades para visitar es enorme, pero como voy hacia el norte para entrar en Bolivia, he decidido hacer primero el sur de Salta y voy a ir a ver en bus el mismo recorrido que hace el famoso "Tren a las Nubes", (que es el recorrido en tren mas alto del mundo). El trazado, de primero de siglo pasado, es una obra maestra de la ingeniería pues tuvo que salvar enormes desniveles, atravesar profundos valles y gargantas, etc.. para lo que tuvieron que hacer docenas de puentes y túneles -algunos realmente espectaculares-. El tren ya solo funciona como tren turístico y, claro, lo cobran a precio de "Orient Express" (120 dolares por un viaje de 10 horas). En cambio el bus hace el mismo recorrido y lo apañas con poco mas de 30 dolares, con paradas y guía incluido.


El recorrido -cualquier recorrido dentro de los llamados Valles Calchaquies y sus "quebradas" (en especial la de Humahuaca)- es algo especial debido a la generosidad y grandiosidad de los Andes y de su especial geología y morfología en esta zona. Es algo indescriptible (lo que no me va a impedir, como ya sabéis, largaros sobre el tema).



Recorremos, camino del pueblo mas alto de la zona: San Antonio de los Cobres a casi 4000 msnm, la quebrada y el río del Toro (a veces una bautiza al otro y viceversa) que alberga a la vegetación típica de este lado de la cordillera: la yunga que se da desde el sur de Argentina hasta Venezuela. Las montañas que van acotando el valle por ambos lados son todas ellas ¡absolutamente diferentes!, no solo por su morfología -que es alucinante- lo que seria normal, sino por su color y su composición mineral (uno consecuencia del otro). El mineral predominante en su composición hace que los colores con que visten las montañas sean como la paleta de un pintor: verdes, naranjas, marrones, ocres, amarillos, negros, etc.. (nos han explicado que mineral, u oxido del mismo, da cada color pero no recuerdo, supongo que sera: hierro, cobre, cobalto, azufre, manganeso.. o vaya usted a saber).



Atravesamos un parte que es colindante con el Parque Nacional de Cardón, en donde la concentración de cactus y cardones gigantes en enorme. La verdad en que el conjunto es muy curioso, pero cuando te acercas lo es aun mas: las formas tan caprichosas que adoptan en función de suelo, el viento dominante o los obstáculos de su entorno, son infinitas, ademas el numero de brazos que presentan y su distribución a lo largo del tallo también son muy dispares, desde una o dos ramas, hasta docenas y desde la base a lo alto del mismo.



Visitamos unas ruinas en un pueblo llamado Santa Rosa de Tastil que eso, están hechas una ruina y esta vez parece que no fuimos los "españoles" (esta especie de responsabilidad "urbi et orbe"de los españoles es algo redundante por todas partes en este continente. ¡¡Hasta de la sobrepoblación de burros salvajes que se comen la hierba de los huanacos, es culpa nuestra por haberlos traído!!). En la furgo van otros dos españolitos de pro (del "foro" ademas) que también se están tomando a risa lo de los "españoles".



Paramos a comer en San Antonio de los Cobres que es el típico sitio a donde a nadie le gustaría que le deportaran: a 4500 metros de altitud, con dificultades respiratorias, un sol de justicia de día y un frío que pela de noche, calles de tierra con toneladas de polvo por doquier y a tomar por el cu... de cualquier otro lugar habitable y habitado. Aunque supongo que la gente del lugar lo encontrara hasta bonito. Para subir hasta aquí nos hemos tenido que "drogar" (si hijos, papa, le ha pegao a la "coca" y, francamente, no os la recomiendo, sabe a "caca" y te deja las encías que no parecen tuyas. Si, por casualidad, tampoco en esto me hacéis caso y le pegáis... por favor, quitarle el rabito del medio a la hoja pues dicen que no es bueno así).



Tras un largo y algo soporífero (por lo de la digestión y la siesta) trayecto por la Alta Puna, llegamos por fin al Salar de Laguna Grande que es de una dimensión considerable. Esta clase de fenómenos naturales son tan raros y escasos que casi nadie ha visto uno antes, por lo que suelen producir un gran impacto: un campo enorme de sal absolutamente plano formando dibujos pentagonales de diferentes tamaños, en medio de un inmenso valle rodeado de montes, montañas y volcanes y con un cielo inmaculado y de un azul especial.



El regreso es también un festín y el paisaje nos tiene pegados a la ventanilla de microbus como si nos hubieran hipnotizado y casi sin decir palabra (bueno eso los guiris, porque el guía, un francés residente en Salta, tiene una especie de verborrea que no para el tío). Debe estar disfrutando de lo lindo pues, amen de gustarle rajar un rato, lo tiene que hacer en tres idiomas.



Paramos en Purmamarca para ver la "Montaña de los Siete Colores". Algo espectacular a la par que curioso ¡es como si hubieran pintado la montaña con un catalogo de colores de una casa de pinturas!. Cuando cae la noche y nos libera de tener que estar mirando por las ventanas, nos ponemos a charlar los "madriles" (aunque ninguno de los tres vivimos actualmente allí. ¡Siempre nos vamos los mejores!. ¿Porque sera?).



Ellos son una pareja de los mas atípico y gente de lo mas legal y maja que te puedes encontrar por ahí. Tienen, y ejercen, una filosofía de vida que no les impide disfrutarla a pesar de las dificultades que la misma les presenta. Saben hacer de la necesidad virtud y ponerse el mundo por montera /y, encima, se preocupan por su prójimo y dedican parte de sus escasos ingresos a dar de comer a quien lo necesite en una casa de acogida. ¡¡¡Chapó por ellos!!!.

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