09.08.2009:
Panamá City también tiene, y bastante mas acusado que otras ciudades, esa especie de división artificial entre zonas opulentas/deprimidas, pobres/ricas, norte/sur, etc., pero aquí con una componente adicional que hace aun mas lacerante esta división: el color (las zonas mas deprimidas son 100% negras y, justo en sus limites, el barrio chino, dos comunidades muy distintas pero unidas en el infortunio).
La Panamá moderna es una rutilante ciudad que se extiende a lo ancho y alto (los rascacielos se cuentas por docenas) en la orilla opuesta del casco viejo. Esta orilla es la sede mundial del comercio marítimo (la influencia del Canal) y el emporio financiero de América Latina con sus cientos de bancos, financieras, aseguradoras, multinacionales y navieras (tienen casi mas barcos matriculados en su registro mercantil que personas en el registro civil).
El Casco Viejo, que así llaman al centro histórico es eso... viejo, en la peor acepción de la palabra. No es sinónimo de antiguo, con solera, ni una medida de tiempo, sino de decrepitud, senilidad y que ya no puede con sus huesos (debe ser la ciudad colonial con mas ruinas -no arqueológicas-, sino "en ruinas" por metro cuadrado del mundo) aunque hay que reconocer que los poquísimos edificios que se han conservado bien o que se han restaurado con rigor son soberbios y sus balconadas, de hierro forjado, esplendidas. A pesar del estado de ruina inminente y abandono que reina por doquier, las casas -aún en ese estado- están mayoritariamente habitadas (en su totalidad por la gente de color, única que puebla el barrio).
Caminar de noche por estas calles, sede del "barrio rojo" de Panamá (putas sin "pedigree" que canta Sabina) da auténtico miedo. En cambio pasearlas de día es una delicia, una experiencia y... !un espectáculo!. No se si será porque es domingo, pero cada casa (abiertas de par en par sus puertas y ventanas por el tremendo calor) es una "disco-salsa" rivalizando con la "disco" del vecino de al lado en decibelios. Las mujeres con unos enormes rulos en la cabeza, en bata. Los niños y niñas con solo sus slips, los hombres en pantalón corto sin camisetas y bebiendo cerveza a las 8 de la mañana, etc.. !Todo un espectáculo de luz y "color"!.
En las playitas en que desembocan muchas calles y que dan al Canal, hay partidillos de aficionados en los que juegan, por igual, "pelones" (pibes) y "viejos" (adultos de toda edad), pero no al fútbol, sino al deporte nacional, autentica pasión de los panameño: el "béisbol".
Aún hay una tercera Ciudad de Panamá (porque la llamaran City?) es la Vieja Panamá que son las ruinas que dejo a su paso el feroz pirata ingles Henry Morgan, que sitio, saqueo e incendio la ciudad en 1671. La dejo tan hecha polvo que optaron por abandonarla y trasladar la nueva a 8 kms. de allí, en un lugar mas defendible, que fue la Nueva Panamá que ahora es el Casco Viejo (!que lio!). Aún se aprecian las ruinas de la catedral, el convento de Santo Domingo, el hospital de San Juan de Dios y el Ayuntamiento, etc..
Hay algo que hermana y unifica a las tres ciudades: el sofocante calor y la pegajosa humedad, junto con el continuo llover (en poca cantidad, pero cada poco) propio de esta zona. Desde que amanece el calor y la humedad te atenazan con su sofocante abrazo y ya no dejas de sudar en todo el día.
En mi clásico y habitual recorrido por las iglesias de los sitios que visito he podido apreciar que aquí, al menos en esto, también hay discriminación. En las iglesias de la ciudad nueva los feligreses disfrutan de aire acondicionado y da gusto entrar. En las de la zona vieja no hay aire acondicionado solo, en algunas, hay unos vetustos y ruidosos ventiladores y, en otras, ni eso....... (!Benditos los pobres porque de ellos sera el Reino de los Cielos!)
Esperemos que allí si tengan aire acondicionado.
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