Camino del Machu Pichu

23 y 24.05.2009:

Hoy sigo de "arqueólogo" y de "ruina en ruina". Me he venido a un pueblo maravilloso que se llama Ollantaytambo, en pleno Valle Sagrado de los Incas, para ver sus increíbles ruinas (aquí, según cuentan las crónicas, fue el único lugar en donde a los ejércitos españoles "les mojaron la oreja" en una breve y pírrica victoria par parte Inca).


Es una especie de fortaleza en forma de pirámide, pero natural: recubrieron la montaña, de forma piramidal, con terrazas, murallas, templos, graneros, etc., haciéndola poco menos que inexpugnable.



El pueblo actual dicen que es, posiblemente, el único pueblo "inca viviente" y así lo parece. Aparte de que la fisonomía de sus habitantes parece muy pura, es que las mujeres se visten con los típicos trajes rojos y mantienen muy arraigadas ciertas tradiciones y culturas de la época. Eso unido a que todo el pueblo, al menos su parte principal, tiene la estructura original en su diseño y trazado de las calles típico de los incas: las casas en cuarteles con patio amurallado para corral o huerto y con calles muy estrechas con una acequia en medio para canalizar residuos y otra mas grande en una orilla para canalizar el agua para uso domestico o agrícola. Al igual que en Cuzco los sillares son de piedras grandes encajadas magistralmente y la parte superior de adobe.



El paisaje que rodea al pueblo es grandioso el río Urubamba por el medio del valle y montañas por todas partes. Mañana salgo desde aquí en tren para Aguas Calientes, o como lo suelen llamar: Machu Pichu pueblo.



Al día siguiente debo esperar, aquí en Ollantaytambo, hasta las 6:30 de la tarde para el tren que sale para Machu Pichu y como ya visité ayer las ruinas, no tengo gran cosa que hacer, a si que, deambulando por el pueblo he acabado en una especie de "polideportivo" (con todas las comillas del mundo) que tiene un campo de fútbol lleno de piedras, con las porterías hechas de tan solo dos palos (le falta el de arriba y las broncas que se montan por si fue gol o alto, son de aupa) y las gradas de argamasa de adobe aprovechando un ribazo del terreno. A mi no me gusta el fútbol, pero he disfrutado como una verdadero hincha viéndoles jugar (hasta he tomado partido por uno de los dos "equipos"). Son seis por cada equipo y de condición muy dispar: desde el chiquillo de 10 o 12 años hasta el "tarrilla" de mas de 40. Jugar no parece que lo hagan muy bien, pero "sudar la camiseta" la están sudando (algo tendrá que ver el solazo de justicia que esta pegando). Mas que un partido parece el típico "gol regañao", que decíamos en mi época, pues las broncas que se montan son de campeonato - por cierto los mas gritones son los mas mayores-.



Después de la jornada deportiva como estaba un tanto bucólico y pastoril, me he salido del pueblo para ver sus campos y sembrados. Ha sido un paseo de lo mas agradable en una maravillosa mañana de domingo (aunque no para los campesinos, que están en masa haciendo la recolección de la papa, totalmente a mano, y toda la familia -hasta niños pequenos de 3 o 4 años les he visto currando).



Luego me he sentado en un alto, encima de una piedra enorme, a la sombrita y me he puesto a escuchar música y dejar pasar el tiempo. Con la musiquita y el airecito fresco, me he quedado roque. Después de comer he encontrado un ciber con una buena velocidad de descarga y me he puesto al día, casi, con el blog. 

Por la tarde para el tren camino del mágico Machu Pichu.

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