19.08.2009:
Hoy he vuelto a repetir excursión marina con el atractivo añadido de que también se avistan ballenas y delfines. A pesar de lo escaso del avistamiento (una o dos ballenas , un ballenato -no de los de bailar- y un par de delfines) me he vuelto a emocionar al ver emerger del fondo del mar el enorme lomo del cetáceo (es de grande como la quilla invertida de un barco). La pena es que estos no han sacado, ni una sola vez, la enorme y majestuosa cola ni dado saltos en el aire ni coletazos en el agua como el grupito de 7 ballenas que vi en Ecuador, a pesar de que son de la misma especie (en cambio aquí se han acercado mas a ellas).
Ha sido un paseo muy agradable entre las islitas del archipiélago del P.N. Golfo del Chiriqui, con una mar muy calmada sin apenas oleaje y con el día nublado pero sin llover (¡al fin!). Hoy aun siguen aquí Álvaro y Cristina por lo que ha sido un día redondo: charlita, bañito en la típica playita de cocoteros y arena finísima, agua azul, etc., buceo viendo pececitos y para casita.
Al regresar se me va la compañía camino de no se adonde...¡creo que ellos tampoco lo saben!, pero como llevan coche (perdón carro) siempre podrán tirar para algún sitio al no depender de buses, horarios, etc.. ¡Otra despedida mas!. Y van la torta de ellas. En fin... a seguir caminando.
Por la tarde voy a recorrer los senderos de la isla que dicen que son bastante ricos en vida animal: monos, loros, tucanes, etc., pero yo no he visto ni un simple pájaro (no se si sera por la hora). Lo que si se ven a mantas son mariposas y, en las playas, infinidad de caracoles, ermitaños, etc. He oído la algarabía que montaban los monos a lo lejos, pero como ¡otra vez! se ha puesto a llover fuerte he decidido regresar al hostal. A pesar de todo he disfrutado andando por esos solitarios senderos.
Por la noche vienen al bar del hotel un grupo de panameños jóvenes (chicos y chicas) y con la musiquita a tope se ha montao un sarao de aúpa. Las chicas han sacado a bailar a un par de alemanes rubios y grandotes que daba risa verlos bailar (comparado con el arte que se gastan por aquí moviendo el esqueleto). Al final del guateque hemos terminado bailando todos ¡hasta las cocineras que acababan su turno se apuntaban!. Un buen fin para un día espléndido.
Mañana hacia Bocas del Toro (como cuando llegue esté lloviendo me voy a cagar en todo lo que se menea).
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