La Antigua Guatemala

27.09.2009:


Antigua es un espejismo. Algo irreal que no parece de este mundo (de esta parte del mundo). Desde luego no es la Guatemala real, porque aquí: las calles están limpísimas, los cables de la luz están enterrados, hay papeleras por todas partes, funciona ordenadamente el trafico (el que dejan circular dentro de la ciudad, ni camiones ni autobuses), los servicios de limpieza esta continuamente barriendo las calles (calles en las que no se ve un solo perro abandonado ni pedigüeños ... ¿que harán con ellos?), los restaurantes podrían competir con los de cualquier ciudad europea, así como las tiendas, boutiques, etc.. Hay zonas Wi-Fi en todos los parques públicos, la policía organiza tour gratuitos para llevarte al mirador de la Cruz, etc.,etc.. Los hoteles son de un chorro de estrellas y hay gringos por todas partes (todos volviéndonos locos a tirar fotos, pues cada esquina es una invitación a ello).

La originalmente Santiago de los Caballeros de Guatemala fue fundada en 1543 en un entorno idílico: un fértil valle cruzado por un caudaloso río, rodeado de verdes montanas y !!tres volcanes!!. Es sorprendente la similitud de las historias que se dan en ciertos temas a lo largo de todo el continente. Esta ciudad, como tantas otras de estas latitudes, fue fundada sobre fallas geológicas o volcanes activos, o ambas a la vez y, tras un periodo de expansión y, generalmente, cuando estaban en su apogeo ...!!catapummmm!!,al suelo.

El siglo XVIII fue un siglo "horribilis" para Santiago de los Caballeros, ya que fue sacudida por tres terremotos: el de 1717, el de 1751 y el ultimo y definitivo de 1773 que la colapso por completo y origino su traslado y abandono a la Nueva Guatemala, pasando desde entonces a ser conocida como "la Antigua Guatemala", nombre con el que ahora es mundialmente conocida.

Su ruina fue, a la larga, su salvación. La ciudad quedo desolada e inhabitada y, a lo largo de los siguientes años, se fue muy lentamente repoblando de nuevo, dejando intactas sus viejas estructuras y el diseño urbano de sus iglesias, conventos, edificios civiles y militares, etc.. Algunos de ellos fueron restaurados y utilizados como edificios públicos y oficiales, otros quedaron en su estado calamitoso y fueron adquiriendo con el paso de los años la patina con que el tiempo los barnizo, enriqueciéndose con la solera de antigüedad clásica que los elementos: agua, sol, viento, vegetación, etc., les fueron confiriendo y que es lo que, aun hoy, enamora a los miles y miles de visitantes que tenemos la fortuna de poderla disfrutar.

Pasear por sus calles, todas de piedra, admirando las elegantes y rectilíneas (en perfecta cuadricula) avenidas y calles, asombrándose con cada detalle de sus balcones, herrerías, ventanales, arcos, fachadas, jardines, soportales, etc., es una autentica gozada para los sentidos.

Visitar sus restauradas iglesias con una exquisita muestra de imaginería, excelentes frescos y cuadros, o asomarse a los derribados muros de las que están en ruinas y ver las enormes moles de sus arcos o de sus bóvedas (de dos o tres metros de espesor) tirados en el suelo como si fueran simples cascotes, es una experiencia maravillosa.

!!Cuanto necesitaba mi alma algo así después de haber estado en el "gulag" de Honduras recluido!!.

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