Estelí

15.09.2009:

Hoy un e-mail de Maite me ha hecho reflexionar sobre los distintos tipos de viaje que he ido conociendo en estos meses: turismo de "aventura"; eco-turismo; urbano; de montaña; de mar; de desierto; arqueológico; étnico y unos cuantos mas.


El rango de emociones y experiencias ha sido amplio e intensisimo: miedo; alegría; sorpresa; susto; depresión; incredulidad; éxtasis; superación; agotamiento; ilusión; privilegio; esperanza; misticismo y un larguísimo etcétera que difícilmente podrían compendiar estos increíbles meses que he tenido la inmensa fortuna de poder VIVIR.


Ahora (desde que estoy en el norte de Nicaragua) estoy experimentando otra faceta distinta: apatía y aburrimiento y eso me hace preguntarme -y aquí viene la reflexión inducida por el correo- ¿me estaré enganchando al viaje tipo "aventura" en el que -cito literalmente a Maite- "se incluya algo de riesgo"?. ¿Habré emborrachado mis retinas de tanta belleza y espectacularidad que ahora lo común, lo ordinario, me deja indiferente y/o me aburre? ... ¿No se?.


La verdad es que en Nicaragua me siento muy a gusto y, aun antes de venir y desde hace mucho tiempo, siento una especial simpatía por este pueblo. El paisaje es bonito, la gente especialmente amable, la seguridad (salvo el paréntesis de Managua) es buena, etc., etc..


El hecho de que desde el viernes lleven todos los sitios cerrados por el tremendo puentazo de las fiestas patrias y en estos días ande yo por sitios sin especial relevancia ni lugares alternativos a donde ir (Matagalpa, Jinotega y Esteli son sitios anodinos), ni haya en estos sitios albergues -ni siquiera se ven gringos por las calles- donde socializar, etc., me ha hecho sentirme tremendamente solo y aburrido.


Pero esto también forma parte del viaje y algo tendrá que enseñarme la experiencia (la otra cara de la moneda).

¡¡Tanto criticar a los adictos a la adrenalina ... y yo ahora con "mono"!!. ¡No somos nadie!.

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