01.04.2009
Hoy ha sido un día muy, muy especial. He ido a visitar el P.N. Tierra del Fuego, en el borde del mundo, donde acaba el continente americano y empieza el Antártico, justo en la frontera con Chile. El día ha amanecido claro, sin apenas nubes y con una luminosidad especial. No hace frío a pesar de los solo 8 grados, pero no hace aire y luce el sol. Al llegar al P.N. todos los excursionistas que venían conmigo en el autobús ha ido a tomar el "Tren del Fin del Mundo", una atracción turística similar a los "trenes de la bruja" de nuestras ferias y verbenas que antes se utilizaba para llevar a los presos a cortar madera y hacer carreteras por estos lares (Ushuaia en su origen era un penal de reincidentes civiles y presos militares que eran traídos aquí por que no había cristiano que viniera de propia voluntad -al igual que, en su día, Australia- y hoy nos pegamos por venir a verlo... ¡que cosas!). Nos hemos quedado solo dos franceses y yo para iniciar a pie los diferentes senderos que recorren el parque. Casi siempre echo en falta la presencia de compañía (la soledad, a veces, me puede), pero hoy he dado gracias por no tenerla y porque aquí sea temporada baja y no haya apenas turistas.
Me he sentido el único hombre vivo sobre el Planeta en una tierra original y primigenia apenas contaminada por el hombre (la única presencia visible de su paso son los estrechos senderos que lo recorren). Al llegar a la bahía de Lapataia he sentido que este es el sitio al que, si tuviera que volver, elegiría sin ningún género de dudas, he incluso el que escogería si tuviera que elegir uno para vivir o incluso -que fúnebre estoy- para descansar eternamente. Ni siquiera voy a intentar describirlo , pero estoy seguro que ya lo había visto antes en mis sueños. Es el lugar idílico en que, creo yo, toda persona sueña: una especie de lago cristalino rodeado de una vegetación esplendida -ni tan agobiante como la amazónica, ni tan dispersa como la Gran Sabana- en la que, a pesar de ser una impresionante masa vegetal, los arboles "te dejan ver el bosque". Esto rodeado de picos nevados y cumbres de diferentes formas y alturas. El lago -que no es tal, pues es una especie de canal o golfo marino tipo fiordo- de una quietud total, el agua tan transparente que parece que no la hay en sus orillas. Toda clase de algas y plantas marinas en su transparente fondo, junto con moluscos de todas clases adheridos a sus rocas y una legión de gaviotas, cormoranes, ánades, patos, zancudos, etc. alimentándose en sus aguas. El cielo azul con nubes colgando de los picos montañosos y alguna que otra bruma atrapada en los bosque que lo rodean que rompen la uniformidad del azul celeste (¡joder... y eso que no quería describirlo!).
Veré si encuentro alguna foto que le haga, tan siquiera una diezmillonésima de justicia y la cuelgo otro día en que el "parato" esté mas rápido. Han sido las 10 horas mas cortas que recuerdo en años. Mañana salgo para El Calafate a ver otro fenómeno de la naturaleza: el Glaciar Perito Moreno en el lago Argentino (el único glaciar que esta avanzando -ganando masa de hielo- pues el resto de los del planeta la están perdiendo debido al tema del calentamiento global). Veremos si es capaz de eclipsar lo de hoy. ¡No lo creo!.-
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