Argentina de nuevo

26.04.2009:

Vuelvo a cruzar los Andes para ir a la otra gran región argentina que es imperdonable no visitar estando cerca: al Noroeste y, fundamentalmente, Salta, Jujuy, Cafayate y la Quebrada de Humahuaca. Esta vez el viaje en autobús, aunque es de larga duración -12 horas- lo hago a plena luz del día para no perderme ni un solo metro del recorrido mas espectacular que, en conjunto, he hecho hasta ahora sobre ruedas.


Desde el mismo momento en que se abandona San Pedro de Atacama empieza la función: la subida al Cerro Toco y al Chagnantor, ambos de mas de 5000 metros, mientras en un horizonte inmaculado se recortan las siluetas de varios volcanes: el Pili, el Simbad y el Lascar, por la derecha, y por la izquierda el cono perfecto del volcán Licancabur de 5900 metros con sus cumbres nevadas. Según se va subiendo el paisaje se va despoblando de la ya de por si escasísima vegetación que ahora es de una sola especie: la yerba brava (única que resiste estas condiciones de altitud y temperatura) que viste el suelo y tapiza las laderas de una mezcla perfecta de amarillo pajizo y verde. Según el suelo tiene una u otra composición se van alternando las calvas de color ocre, propias del picón volcánico reciente con dunas de color rojizo. A estas alturas y a estas tempranas horas en el exterior hace un frió que pela y tiene helados todos los arroyos y lagunas que se forman por el deshielo en las faldas de los cerros y de los volcanes nevados, lo que hace que los rayos solares se reflejen y creen unos efectos ópticos fantásticos.



Esta carretera de alta montaña une solo dos puntos escasisimamente transitados, San Pedro de Atacama en Chile, con Purmamarca y Salta, en Argentina a través del Paso de Jama, donde se ubica la frontera entre ambos países, por lo que apenas nos cruzamos con una docena de vehículos. Esto propicia que la numerosa fauna que existe por aquí se haga visible, en especial junto a los pequeños arroyos y charcos de escasa profundidad buscando pastos frescos y agua para desayunar. Se ven huanacos y vicuñas salvajes en pequeños grupos y un sinfín de diferentes clases de aves, desde flamencos a todo tipo de anatidas y pájaros exclusivos de estas alturas.



Una vez coronada la cima del Cerro Toco a 5600 metros se accede a una serie de valles entre los diferentes picos de la Cordillera de los Andes que son bellisimos, con las colinas de diferentes colores , formas, alturas, etc..



Me estoy volviendo loco tirando fotos desde el autobús en marcha. Como las escenas se van sucediendo según el bus avanza y hay dos "pantallas" para este show -una ventana a cada lado- y temo perderme detalles al no poderme parar a contemplarlo, pues eso... toma foto que te crío (he tirado cerca de 50 en este viaje cuando en bus, a lo sumo tiro dos o tres.)



El espectáculo no acaba en todo el día y va, continuamente, cambiando pues según empezamos a bajar de altitud la vegetación va, a su vez, cambiando y difersificándose mientras los cambios de luz le van dando tonalidades distintas.



Al llegar al Paso de Jama se me corta el rollo al tener que pasar los controles aduaneros que, en esta ocasión también son duros, pero no por parte chilena, sino argentina. Nos meten en un hangar de chapa donde hace un calor sofocante con nuestras pertenencias y, en filita de a uno, nos van desmontando mochilas, maletas, fardos, atillos y toda la parafernalia con que solemos viajar (una señora lleva hasta un pequeño frigorífico que, como no tiene factura, parece ser que se lo van a confiscar).



Afortunadamente la Naturaleza no sabe de fronteras y es tan espléndida a un lado como al otro y nos regala los ojos con las lagunas de Jama, Tara, Quisquiri, Olaros y Salina Grande como para compensarnos y hacernos olvidar el mal trago anterior. A partir de una determinada altitud empieza a aparecer un nuevo elemento en el paisaje: los cactus gigantes y los cardones que, vistos en la lejanía parecen un campo de espárragos de yema de los gordos (por supuesto de Navarra). Otro elemento nuevo y sorprendente en la fauna del lugar me deja atónito: ¡¡manadas de burros salvajes pastando libremente por las praderas!!.



Este ha sido el único viaje largo en bus en donde no me he dormido ni un segundo por lo enganchado que me tiene el paisaje. ¡Creo que esta debe ser la carretera mas bonita del mundo mundial!. Hoy ha sido un verdadero lujo y un regalo para mis ojos y mis oídos (me he "repanchingao" en el asiento mirando por la ventanilla y con los cascos oyendo a Serrat -poemas de Machado- y a Sabina). ¡Orgasmico!.

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