EL TEMPLO DE LUXOR

Al igual que hoy este templo se encuentra en mitad de la moderna ciudad de Luxor, cuando fue edificado también se levantó en el corazón de Tebas. Se construyó sobre templos antiguos de culto por el faraón Amenofis III (1.400 a.C.) el "Rey Sol" que representó el auge del poder y prestigio del antiguo Egipto. Este faraón construyo otro templo aún mas grande en la otra orilla (posiblemente el mayor de Egipto) pero desapareció con la excepción de una pareja de gigantescos guardianes: los "Colosos de Memnom" que es, prácticamente, lo único que queda en pie de ese gran templo.

Este templo esta tan maravillosamente conservado debido a dos factores: quedo completamente cubierto por la arena del desierto y la ciudad de Luxor se construyo encima de él. En 1.885 empezaron las excavaciones y, al quitar la arena y el pueblo .. ¡apareció el templo!.

Se entra por una avenida de Esfinges que originalmente llegaba hasta el templo de Karnak (a 3 kms) y terminaba frente a la puerta (o pilono) de Ramses II. Estos templos eran constantemente ampliados o reconstruidos (dado que casi ningún faraón veía terminados sus proyectos por su duración). Tras la muerte de Amenofis III un sucesor lejano cien años después (Ramses II) se "adueño" del templo borrando las menciones a Amenofis III y poniendo las suyas en su lugar y así aparece Ramses II derrotando a los hititas ¡en una batalla que ocurrió cien años antes de que él naciera!

El templo parece un monumento al ecumenismo, pues hay dentro una mezquita musulmana y una iglesia romana (esta última en ruinas). La mezquita es del siglo XIII dedicada a un santo local que aun tiene cierta devoción en Luxor por lo que pidieron a los arqueólogos que no la quitara, por lo que este templo ha mantenido una tradición ininterrumpida de culto durante 3.000 años (primero por los egipcios, luego por los cristianos romanos y luego por los musulmanes)

Su columnata procesional impresiona vivamente. Sus 14 columnas miden 20 metros de  alto. Antiguamente en la entrada había seis estatuas colosales de Ramses II dos sentadas y cuatro de pie y dos obeliscos. Dos de ellas y un obelisco (el que está frente al museo del Louvre en la plaza de la Concordia) están en París (fue un regalo del sultán de turno a Napoleón en respuesta al regalo que Napoleón le hizo a él: ¡un reloj!). Luego se quejan en América cuando dicen que les cambiábamos oro por cuentas de vidrio. 

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