Persia, o la República Islámica de Irán, un país tres veces mas grande que España situado en pleno corazón de Oriente Medio, posee tanta historia antigua y reciente que es difícil asimilar todo lo que le ha sucedido en los últimos cuatro mil años. Incluso aunque solo sea en las tres últimas décadas con la revolución llevada a cabo por el Ayatolah Jomeini y su régimen clerical y radical que hace que, a día de hoy, se siga hablando en los medios de comunicación de como se desarrolla esa partida de ajedrez que se juega en el tablero mundial de la política de las super-potencias y que, en este caso ademas, enfrenta a dos maneras de entender el mundo, dos culturas (aparentemente irreconciliables... hasta que las haces "reconciliar"): oriente musulmán contra occidente cristiano (¡¡aún hoy, siglos después de las Cruzadas, vuelven a enfrentarse esas dos concepciones del mundo!! ... ¡¡qué poco hemos aprendido!!).
Pero mucho antes de que se impusiera el velo y el chador, Irán y Persia ya existían y, ahora, con el tema nuclear de por medio aun se enreda mas el asunto y añade nuevas fronteras -ideológicas y de prejuicios- al intento de entender este país en el que se crearon algunas de las mas importantes civilizaciones que ha dado la Historia. Puede decirse sin temor a equivocarse que Persia e Irán han sido una de las muchas cunas que tuvo la Civilización.
Pocos países cuentan con tanta Historia a sus espaldas, con semejante patrimonio arqueológico, cultural y artístico y, sobre todo, con un pueblo tan hospitalario como el iraní.
Cúpulas celestes decorando el cielo de sus ciudades, ruinas de miles de años agonizando bajo el ardiente sol, el espíritu de la Ruta de la Seda impregnando sus bazares, caravansares y caminos imaginarios en mitad de la nada, ciudades de barro y eternos desiertos ... todo esto es Irán, pero no es todo Irán. Ninguna definición, explicación o intento de aproximación a este maravilloso país estaría completa sin hacer una, mas que honorifica, mención a sus habitantes. Yo estaba convencido que la proverbial hospitalidad persa, tantas veces reflejada por los antiguos y nuevos viajeros, era cierta. Nunca conviene olvidar, o confundir, que la gente llana (eso que ahora esta tan de moda y que se llama PUEBLO) es una cosa y los que los dirigen otra completamente distinta. No se puede calificar a todo un pueblo por un régimen (con nosotros lo hacían cuando vivía Franco y a mi me sentaba como una patada en ...) y mas si este régimen es tan anacrónico y perjudicial como el de esta casta de teócratas (gerontocracia en estado puro) que anteponen sus creencias e intereses (me refiero a sus intereses de género: el de hombres) al de todo un pueblo, o al menos a una parte muy importante de él.
La única "macula" o "pega" que le pondría a Irán y que, reconozco, que no es fácil de asimilar o entender sus porqués, es el del trato que se les dispensa a las mujeres, obligando a muchas de ellas (otras lo harán por gusto o creencias .. no se) a llevar siempre un traje fantasmal de color negro o de que se reprima la libertad de un pueblo a través de censuras y costumbres arcaicas mas propias de los tiempos de los cruzados que del siglo XXI.
Aun con estos "reparos" he disfrutado de Irán-Persia, de sus paisajes desérticos, de sus maravillosas cúpulas reflejando el sol, de sus ciudades históricas y de sus hospitalarias gentes.
¡¡GRACIAS IRÁN-PERSIA!!.
Pero mucho antes de que se impusiera el velo y el chador, Irán y Persia ya existían y, ahora, con el tema nuclear de por medio aun se enreda mas el asunto y añade nuevas fronteras -ideológicas y de prejuicios- al intento de entender este país en el que se crearon algunas de las mas importantes civilizaciones que ha dado la Historia. Puede decirse sin temor a equivocarse que Persia e Irán han sido una de las muchas cunas que tuvo la Civilización.
Pocos países cuentan con tanta Historia a sus espaldas, con semejante patrimonio arqueológico, cultural y artístico y, sobre todo, con un pueblo tan hospitalario como el iraní.
Cúpulas celestes decorando el cielo de sus ciudades, ruinas de miles de años agonizando bajo el ardiente sol, el espíritu de la Ruta de la Seda impregnando sus bazares, caravansares y caminos imaginarios en mitad de la nada, ciudades de barro y eternos desiertos ... todo esto es Irán, pero no es todo Irán. Ninguna definición, explicación o intento de aproximación a este maravilloso país estaría completa sin hacer una, mas que honorifica, mención a sus habitantes. Yo estaba convencido que la proverbial hospitalidad persa, tantas veces reflejada por los antiguos y nuevos viajeros, era cierta. Nunca conviene olvidar, o confundir, que la gente llana (eso que ahora esta tan de moda y que se llama PUEBLO) es una cosa y los que los dirigen otra completamente distinta. No se puede calificar a todo un pueblo por un régimen (con nosotros lo hacían cuando vivía Franco y a mi me sentaba como una patada en ...) y mas si este régimen es tan anacrónico y perjudicial como el de esta casta de teócratas (gerontocracia en estado puro) que anteponen sus creencias e intereses (me refiero a sus intereses de género: el de hombres) al de todo un pueblo, o al menos a una parte muy importante de él.
La única "macula" o "pega" que le pondría a Irán y que, reconozco, que no es fácil de asimilar o entender sus porqués, es el del trato que se les dispensa a las mujeres, obligando a muchas de ellas (otras lo harán por gusto o creencias .. no se) a llevar siempre un traje fantasmal de color negro o de que se reprima la libertad de un pueblo a través de censuras y costumbres arcaicas mas propias de los tiempos de los cruzados que del siglo XXI.
Aun con estos "reparos" he disfrutado de Irán-Persia, de sus paisajes desérticos, de sus maravillosas cúpulas reflejando el sol, de sus ciudades históricas y de sus hospitalarias gentes.
¡¡GRACIAS IRÁN-PERSIA!!.
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