Sin lugar a dudas, un lugar impresionante. El Valle del Rift de Jordania, es un paisaje precioso y dramático. En él se encuentra el Mar Muerto. Este "mar" se encuentra a más de 400 metros por debajo del nivel del de cualquier otro mar. Siendo el punto más bajo sobre la faz de la tierra. Esta amplia extensión de agua es el destino final de varios ríos, entre los que se encuentra el río Jordán. Dado que no desemboca en parte alguna, cuando las aguas alcanzan el Mar Muerto están rodeadas por tierra y no tienen escapatoria, por lo que se evaporan dejando una densa y rica mezcla de sales y minerales que proporcionan a la industria, agricultura y medicina algunos de sus productos más demandados (en especial en el campo de la estética y belleza).
El mar Muerto está flanqueado al este por montañas y al oeste por las colinas de Jerusalén que le otorgan una belleza especial. Aunque la zona no está muy poblada y se mantiene en relativa calma (a pesar de su "vecindad": Israel, Siria, Egipto, Sinai, etc.) se cree que fue cuna de cinco ciudades bíblicas: Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y Segor.
La peculiaridad más conocida del Mar Muerto radica en su salinidad (10 veces superior a la de cualquier mar) que, además de no permitir la existencia de seres vivos (de ahí su nombre), provoca que cuando uno se baña, flote, siendo imposible su total hundimiento (una experiencia bastante extraña que yo ya había experimentado en el Desierto de Atacama en Chile pero a muy pequeña escala). Las propiedades de la sal, y de sus barros, hacen de éste un lugar idóneo para los balnearios y los tratamientos de la piel.
El mar Muerto está flanqueado al este por montañas y al oeste por las colinas de Jerusalén que le otorgan una belleza especial. Aunque la zona no está muy poblada y se mantiene en relativa calma (a pesar de su "vecindad": Israel, Siria, Egipto, Sinai, etc.) se cree que fue cuna de cinco ciudades bíblicas: Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y Segor.
La peculiaridad más conocida del Mar Muerto radica en su salinidad (10 veces superior a la de cualquier mar) que, además de no permitir la existencia de seres vivos (de ahí su nombre), provoca que cuando uno se baña, flote, siendo imposible su total hundimiento (una experiencia bastante extraña que yo ya había experimentado en el Desierto de Atacama en Chile pero a muy pequeña escala). Las propiedades de la sal, y de sus barros, hacen de éste un lugar idóneo para los balnearios y los tratamientos de la piel.
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