MONASTERIO DE RILA

Si algo imprescindible hay que ver en Bulgaria, se encuentra a poco más de 120 kilómetros de Sofía, la capital de Bulgaria. Desde hace aproximadamente mil años el alma de Bulgaria reposa escondida en el corazón de las Montañas del Silencio. Allí se encuentra uno de los monasterios más espléndidos de toda Europa, situado además en un paraje de belleza incomparable y que es uno de los símbolos más importantes del pueblo búlgaro: el monasterio de Rila. 

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este impresionante monumento del Renacimiento búlgaro se encuentra en medio de la áspera belleza de la montaña Rila. El Monasterio es Patrimonio de la Humanidad, con todo el merecimiento. Su extraordinaria belleza y el entorno en el que está ubicado lo convierte en un imprescindible en cualquier viaje que se pueda plantear a la zona. La espectacularidad del conjunto no decepciona en absoluto, al contrario, empequeñece cualquier descripción o fotografía que se muestre de él.

Fundado en el siglo X – y destruido y reconstruido varias veces -, el Monasterio de Rila ha sobrevivido al paso del tiempo gracias al celoso espíritu búlgaro. Es la joya espiritual más grande y famosa de Bulgaria, un antiguo centro del saber que alimentaba las almas nacionales durante la ocupación otomana. Fue  el celoso guardián de la lengua y la cultura búlgara.

El Monasterio de Rila fue fundado en el siglo X por San Juan de Rila (cortesano búlgaro conocido como Iván Rilski), un ermitaño, canonizado por la Iglesia Ortodoxa. Iván Rilski se retiró como ermitaño a las montañas de la cordillera de Rila. Su hagiografía cuenta que vivió santamente en el hueco de un árbol tallado en forma de ataúd. Pronto se extendió su fama de santidad y acudieron en su compañía otras personas que querían seguir su ejemplo. Al final de su vida fundó el monasterio para albergar a todos estos monjes ermitaños.


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