Hemos venido hasta el Monasterio de Sveti Naum, a 27 kilómetros de la población de Ohrid y a escasos metros de la frontera con Albania. Este lugar era una recomendación de la hospitalera que nos dio una charla de media hora sobre los lugares a visitar en la zona sin tomar el mas minimo aliento y sin parar un segundo de hablar y no podíamos dejar de verlo pues yo tambien tenía buenas referencias de que era un lugar muy especial.
El edificio del Monasterio de Sveti Naum se eleva sobre un promontorio rodeado de jardines con fuentes tipo japones decoradas con cascaditas, lagos, fuentes y docenas de pavos reales contoneándose por sus jardines en busca de lo que le echan los turistas que vienen al monasterio.
La iglesia es preciosa aunque esta rodeada de un edificio que la empequeñece un poco. Durante la Edad Media y los siglos posteriores de ocupación otomana, los monasterios eran considerados como “Fortalezas de la Fe”, lo que explica la gran devoción que sienten hacia ellos los locales que los visitan en masa y en forma de peregrinación.
Después de la visita hemos tomado una barca de remos con una pareja de daneses y un chico de Hong Kong para ir a ver alguno de los nacientes que alimentan el lago. Se ven brotar dentro del agua de un pequeño lago que hay junto al enorme de Ohrid. El agua parece cristal de limpia y transparente y hielo por puro fría que está (entre 10 y 12º C). El barquero no ha parado un solo momento de hablar, lo que, de alguna manera, rompía el encanto que hubiera sido navegar en silencio por esas hermosas aguas.
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