Y A Z D

He pasado un par de deliciosos días en esta quietisima ciudad en medio del desierto. Después de los tres días de intenso movimiento para intentar no dejarme nada importante sin ver es Isfahan este "relajo" me ha sentado de maravilla (esto lo estoy escribiendo de noche en la terraza de un café 
maravillosamente ubicado frente a un complejo de mezquita, bazar, etc con unas magnificas vistas).

Lo mejor de Yazd es perderse (afortunadamente, pues perderte ... fijo que te vas a perder) por ese intrincado y zigzagueante laberinto de calles, callejas, callejones, pasadizos, galerías, etc., que nunca sabes donde acaban o adonde te conducen. De repente ves asomar un minarete, una torre o un "bagdir" entre las casas y cuando te encaminas hace ellos, no hay manera de encontrarlos  y, cuando desistes y tomas otra dirección, ¡de repente .. hay están!.

Tanto las casas como las calles de esta zona vieja de Yazd son de adobe (un mortero de barro y paja que, cuando seca, es durísimo) y, salvo alguna moto, casi nunca ves a nadie por ellas, aunque detrás de cada escondida puerta se adivinan murmullos y se escuchan niños.

Las construcciones mas características de estas ciudades-oasis son los "bagdir" (torres de ventilación) que aquí en Yadz se cuentas por cientos. Otro sitio de gran interés es el "Templo del Fuego" o de "Zoroastro" (en otra entrada hablare sobre este personaje y el culto al Fuego) en cuyo interior (el  edificio que lo alberga es relativamente nuevo y sin mayor interés) arde el "Fuego Sagrado de Fravahar" que lleva ardiendo ininterrumpidamente ¡¡desde hace casi 1.600 años!!.

Pero lo que mas destaca de Yazd, por su esbeltez, diseño, colorido, etc., es la Mezquita de los Viernes (es una de las mas altas de Irán con dos minaretes que alcanzan los 50 metros de altura y un portal de entrada (Iwan) magnifico con una cúpula con una delicada y prodigiosa decoración que la hacen -al me nos eso dicen los de aquí- una de las mas hermosas de Irán) Por la noche la iluminan de azul y es un espectáculo para no perdérselo.

Una vez mas ¡y ya van unas cuantas!, sigue admirándome la hospitalidad de los iranies. El "hello" no se les cae de la boca cuando se cruzan contigo y -  aparte de la gran curiosidad que despiertan los extranjeros- las muestras de afecto, siquiera sea con la mirada o con la sonrisa, son continuos (hoy un 
abuelete en una mezquita me ha besado en la frente y me ha dado sus bendiciones .. sin venir a cuento). Preguntar por algún sitio o calle es llevarte a él (si no esta muy lejos). Los esfuerzos por comunicarse son notables cada vez que tienen ocasión (están especialmente interesados en saber  que opinión tienes de Irán y de los iranies, conscientes, como son, de la "mala prensa" que tienen fuera de sus fronteras). Decirles un par de palabras en farsi (su lengua) es ganarles como amigos (yo solo se cuatro: Salam (hola); Che Tori (como estas); Mamnun (gracias) y Joda Hafet (adiós). Es increíble que con tan pocos recursos se consigan esos resultados.

Mientras escribo esto -cómodamente repanchingado en esa especie de plataformas elevadas del suelo que suelen usar con alfombras y gruesos cojines- un grupito de chicas sentadas frente a mi (y que yo las veía que llevaban intentando un rato hablar conmigo) me han empezado a preguntar, en un correctisimo inglés, sobre un montón de temas.

En fin un maravilloso lugar y una maravillosa gente (como en tantisimas otras ocasiones he podido comprobar .. buena gente mal gobernada).   

No hay comentarios:

Publicar un comentario