CAPADOCIA: "la Tierra de los Caballos Hermosos".

Cuando uno esta ante semejante espectáculo creado por la Naturaleza de origen geológico, tampoco es que importe mucho cual fue su creación y desarrollo, pero por entenderlo un poquito que siempre es interesante, hay van algunos datitos:

* Se le calcula una edad de 9 millones de años (año arriba - año abajo) y fue el trabajo sucesivo de los tres volcanes que la circundan: el monte Erciyes; el monte Hassam y el monte Melendiz. En diferentes épocas las erupciones de lava que vertieron estos tres gigantes (cuyas capas y estratos pueden apreciarse con suma facilidad en cada "chimenea", ladera, montículo, et c.) se fueron erosionando con el paso de millones de años y la ayuda de las condiciones climáticas del lugar (bastante adversas por lo extremo de cada estación: copiosas lluvias -que he comprobado "in situ"-, heladas y nieve en invierno junto con fuertes rachas de viento) han dado lugar a esta maravilla. Este fue el trabajo de la Naturaleza. El del Hombre fue su aprovechamiento. Y de ese binomio surgieron lugares como Goreme, Uchisar y otros con una multiplicidad y variedad de formas y conjuntos tan sobrenatural, tan plástica, tan estética, tan ... ¡sobresaliente!  creo que es la palabra, que ningún escultor o artista podría siquiera soñar o imaginar.

Es realmente impactante comprobar el resultado de esa "cooperación" (no buscada ni planeada, sino espontanea) tanto desde tierra como desde el aire (dicen que la Capadocia es el mejor lugar del mundo para montar en globo). Sí. Efectivamente, visto desde el aire a bordo de un globo aerostático es fascinante y una experiencia vital irrepetible y casi mística. La visión de docenas de vistosísimos globos elevándose al unisono en la madrugada, iluminándose como una guirnalda en Navidad por el efecto de sus quemadores de gas que los elevan es algo mágico que se queda en la retina y casi hipnotiza. Añádele a eso la pericia de los pilotos que hacen descender, en ocasiones, el globo hasta rozar las "chimeneas de hadas" (que así llaman a algunas de estas curiosas formaciones) y las copas de los árboles que hay en el fondo de los maravillosos valles que conforman este sublime paisaje (con nombres tan poéticos como: el Valle del Amor; el Valle de las Espadas; el Valle de las Palomas; el Valle Blanco; el Valle Rojo, el Valle de de los Monjes, etc. -muchos de los cuales me he "pateado" a placer en los cuatro maravillosos días que tuve el privilegio de pasar aquí) y que están maravillosamente sembrados de frutales y viñas.

Aunque en esta ocasión también ha llovido, intermiténtemente pero con fuerza (me he puesto en un par de ocasiones hecho una "sopa") la lluvia no solo no me molestó sino que le daba a los valles un maravilloso color y un intensisimo olor a higuera (de la que están repletos los valles, así como de moreras blancas y negras -de las que también me he puesto "como a nadie le importa") y al perfume de alguna planta aromática cuyo nombre desconozco.

Al ser una superficie blanda (son tobas volcánicas de cenizas comprimidas por el paso del tiempo, lo que nosotros conocemos como "piedra pómez") son "fácilmente" (lo de fácil, visto el tamaño de algunas, va entrecomillado) , lo que dio lugar a que este lugar estuviera habitado, sin solución de continuidad, desde el siglo IX a.C.. Fue gobernado por grandes imperios como el Hitita y el Romano, aparte del Bizantino y el Otomano.

Durante siglos fue un reducto cristiano aislado y en un entorno hostil, lo que atestigua, por un lado, los cientos de iglesias, basílicas y monasterios y, por otro, la existencia de cantidad de ciudades subterráneas excavadas en la roca que los ocultaban y protegían.

MARAVILLOSO LUGAR DECLARADO, CON TOTAL JUSTICIA, PATRIMONIO MUNDIAL. ¡¡ME HA ENCANTADO!!.