Persepolis es la razón por la que a cualquiera que le gusten "las piedras" tendría a Irán como destino viajero ineludible. ¡¡Arqueología pura y dura!!. Desde la impresionante "Puerta de las Naciones" mas de 2.500 años de Historia yacen a mis pies esperando que la descubra, que la haga realidad y palpe con mis manos aquellas piedras convertidas en toros y leones alados, figuras mitológicas de seres con cuerpo de león, alas de águila y cabeza de hombre que desde hacia muchos años estaban llamando a mi subconsciente. Sólo pronunciar el nombre de Persépolis infunde cierto respeto. Pero observar en directo un atardecer sobre una de las ruinas más majestuosas de toda Asia-Oriente Medio es hablar de palabras mayores, porque Persépolis es Persia y Persia es Persépolis.
Basta con subir las primeras escaleras y atravesar la "Puerta de las Naciones", con dos gigantescos toros alados flanqueándoste el paso, para sentirte insignificante ante esta máquina del tiempo que es la Historia de la Humanidad y ante la que uno se siente tan pequeño, tan poca cosa y a la vez tan protagonista. ¡¡Ese momento de entrar por la Puerta de las Naciones flanqueados por toros alados fue poesía pura!!.
Esta es una ciudad palaciega mandada construir por Darío I para exhibir la grandeza de su Imperio y estaba destinada a albergar los festejos más importantes del Imperio Aqueménida (el "Now Ruz", su Año Nuevo) en la que dignatarios venidos de estas y otras latitudes quedasen asombrosos de la magnificencia persa. 2.500 años después de su construcción (y aún siendo una milésima parte de lo que fue) sigue dejando con la boca abierta a los que la visitamos, que nos encontramos grandes caballos de piedra, columnas colosales y el testimonio en piedra de figuras mitológicas y ejércitos caminando sobre murallas, miles de personas esculpidas en primorosos bajorrelieves tallados por genios que quisieron dejarnos una impronta de su arte para la eternidad, junto a tumbas excelsas en la falda de la montaña, todo ello bajo un sol ardiente que lleva miles de años dorando estas ruinas y que hoy se ha empeñado en "fundirme" a mi (pero ni con esas he dejado una sola piedra sin escudriñar).
Curiosamente Persepolis es un nombre griego (Ciudad de los Persas) y no persa. Los persas la llamaron "Takht-e Jamshid o "El Trono de Jamshid". Dario I inició su construcción en el 518 a. C.. Desde su fundación hasta su saqueo y destrucción, los reyes Jerjes y Artajerjes I dedicaron grandes esfuerzos y recursos a ampliar y engrandecer la obra iniciada por Dario I (el "Rey de Reyes").
El causante de su destrucción fue Alejandro Magno que necesitó, según el historiador griego Plutarco, mas de 500 camellos y 100 asnos para llevarse los incalculables tesoros allí guardados.
En octubre de 1.971 fue el escenario de la conmemoración del 2.500 aniversario de las monarquías persas por parte del último Sha, Reza Pahlevi y su esposa Farah Dibah (que lleno portadas en todo el mundo de la prensa rosa de entonces) que dio origen a su restauración. En el 1979 la Unesco la incluía, con toda justicia, en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Irán es un país con un vastísimo patrimonio acumulado durante milenios y Peresepolis es el compendio de todas ellas, su origen y su mas preciada joya.
¡¡Un día para recordar!!.
Basta con subir las primeras escaleras y atravesar la "Puerta de las Naciones", con dos gigantescos toros alados flanqueándoste el paso, para sentirte insignificante ante esta máquina del tiempo que es la Historia de la Humanidad y ante la que uno se siente tan pequeño, tan poca cosa y a la vez tan protagonista. ¡¡Ese momento de entrar por la Puerta de las Naciones flanqueados por toros alados fue poesía pura!!.
Esta es una ciudad palaciega mandada construir por Darío I para exhibir la grandeza de su Imperio y estaba destinada a albergar los festejos más importantes del Imperio Aqueménida (el "Now Ruz", su Año Nuevo) en la que dignatarios venidos de estas y otras latitudes quedasen asombrosos de la magnificencia persa. 2.500 años después de su construcción (y aún siendo una milésima parte de lo que fue) sigue dejando con la boca abierta a los que la visitamos, que nos encontramos grandes caballos de piedra, columnas colosales y el testimonio en piedra de figuras mitológicas y ejércitos caminando sobre murallas, miles de personas esculpidas en primorosos bajorrelieves tallados por genios que quisieron dejarnos una impronta de su arte para la eternidad, junto a tumbas excelsas en la falda de la montaña, todo ello bajo un sol ardiente que lleva miles de años dorando estas ruinas y que hoy se ha empeñado en "fundirme" a mi (pero ni con esas he dejado una sola piedra sin escudriñar).
Curiosamente Persepolis es un nombre griego (Ciudad de los Persas) y no persa. Los persas la llamaron "Takht-e Jamshid o "El Trono de Jamshid". Dario I inició su construcción en el 518 a. C.. Desde su fundación hasta su saqueo y destrucción, los reyes Jerjes y Artajerjes I dedicaron grandes esfuerzos y recursos a ampliar y engrandecer la obra iniciada por Dario I (el "Rey de Reyes").
El causante de su destrucción fue Alejandro Magno que necesitó, según el historiador griego Plutarco, mas de 500 camellos y 100 asnos para llevarse los incalculables tesoros allí guardados.
En octubre de 1.971 fue el escenario de la conmemoración del 2.500 aniversario de las monarquías persas por parte del último Sha, Reza Pahlevi y su esposa Farah Dibah (que lleno portadas en todo el mundo de la prensa rosa de entonces) que dio origen a su restauración. En el 1979 la Unesco la incluía, con toda justicia, en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Irán es un país con un vastísimo patrimonio acumulado durante milenios y Peresepolis es el compendio de todas ellas, su origen y su mas preciada joya.
¡¡Un día para recordar!!.
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