T E H E R A N

Con nueve millones de habitantes (más otros tantos en las áreas metropolitanas) Teheran se ha convertido en una enorme ratonera de tráfico y polución (¡¡claro que a 15 céntimos de euro el litro de super quien monta en autobús o en metro).

He tardado en marcharme lo justo que duraron las pocas visitas que hice: a cambiar dinero (se forman unos corrillos enormes de hombres con fajos de billetes alrededor del posible cambista y no dejan de mirar como sacas el dinero, como lo cuentas, etc., aparte de ser curioso a mi me pone un poco nervioso); a visitar un par de museos, su gran bazar (bastante interesante y enormemente grande: el mayor puede que del mundo), la mezquita del Imán Jomeini, el Palacio de Golestán (incluido dentro del Patrimonio de la Humanidad que sirvió como suntuoso palacio de los monarcas de la dinastía Qajar -S. XVII a principio del XX- y que es una de las visitas más ineludibles de la ciudad con sus edificios de azulejo y espejo) y para de contar.

Encima de no resultar muy agradable, el tráfico, el enorme calor y la polución agravan esa sensación de incomodidad que he tenido en esta capital. Espero que el resto de Irán me resarza de este mal trago.

2 comentarios:

  1. Ya había oído y leído cómo son de amables los iraníes en general, lo cual alegra a cualquiera que los visite. Pero eso es una cosa y otra distinta ver cómo tratan -a pesar de los anuncios- a sus mujeres. Claro que no son una excepción, pero sin duda es un contraste con esa amabilidad que les caracteriza.
    Hace poco he podido ver una colección de fotografías de Irán, de la época del Sha, y al compararlas con la situación actual, cualquiera diría que se trata de paises distintos.
    De sobra se que hay que respetar lo que cada cual quiera hacer, pero me cuesta pensar que la gente pueda cambiar tanto y además hacerlo de "buen grado". Y si, como cabe suponer, lo hacen por obligación las bondades sobre el país se disipan un poco.
    En cualquier caso celebro que tengas tantas y tan buenas impresiones, y sobre todo que tu viaje siga transcurriendo como lo viene haciendo, con absoluta normalidad.
    Me alegro.
    Un abrazo,
    Poli.

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  2. A mi tambien se me "funden los plomos" cuando veo estas cosas y, a pesar de que lo he hablado con algun varón (me hubiera gustado saber la opinión de las "sufrientes" mujeres) no me dan respuestas convincentes: que si tema religioso, que si imposición, que si cultura, que si tal...

    Afortunadamente las chicas jovenes (en las grandes ciudades) ya parecen tener otro aire y se las ve con pañuelo a la cabeza pero muy ligero, de colores, con el pelo teñido y otro tipo de atuendo.

    Ojala logren imponerse las nuevas generaciones y que crean en lo que quieran, desde un punto de vista religioso, pero que dejen libertad para que sus mujeres puedan elegir que llevar puesto (tambien hay monjas de negro en casa pero es por pura voluntad, nadie -ni siquiera la iglesia- las obliga.

    Un fuerte abrazo Poli,

    Pepe

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