El paso de la frontera entre Turquía e Irán prometía ser un tramite duro y lento y, la verdad, no ha sido para tanto. La fila para sellar la entrada era larga pero la inmensa mayoría (de hecho todos menos un francés y yo) eran iraníes y el tramite no pasaba de una especie de interrogatorio que les hacia el guardia de turno. Cuando le toco al francés que iba delante de mi, un chico joven con rastas, le tuvieron media hora haciéndole preguntas de todo tipo, le vaciaron la mochila y se entretuvieron en ir cotilleando lo que llevaba en ella (parecía mas un desguace que una revisión). Pero tenia el visado en regla y le dejaron pasar. Yo me temía un trato similar pero no, salvo el interrogatorio de porque tenia interés en visitar Irán? qué qué lugares iba a visitar?, que si conocía a alguien en Irán?, que si era la primera vez?, que si...?, que si...?, que si...?, etc.. Después de dorarles la píldora (aunque no mentía en este extremo) diciéndoles que Irán era un país maravilloso con gente hospitalaria, etc., darme él a mi una charla sobre lo pacíficos que eran los iranies, la mala fama que les habían creado los americanos, etc., etc. me dejó pasar (no sin antes detenerse hoja por hoja de mi pasaporte comentando con su colega -son dos en el interrogatorio- los visados que tenia puestos, mientras me miraban con cara de asombro).
Lo que no cambia en ninguna frontera de países en desarrollo es el bochornoso espectáculo una vez sales de las dependencias de la aduana: cambistas arremolinánsose para ofrecerte cambio (con unos fajos de billetes en la mano impresionantes y una calculadora), taxistas o lo que sean (aquí también cada coche, particular o no, es o hace de taxi) acribillándote a preguntas sobre a donde vas, etc., etc.. Después de la típica subasta y regateo me quede (como suelo hacer siempre, aunque a veces me equivoque) con el que tenía pinta de mejor persona (ya se que es algo bastante subjetivo, pero..) que me llevó en volandas (ya quisiera Fernando Alonso tener un coche así) a la estación de autobuses de Urumiyeht, donde estuve varias horas, para tomar el bus nocturno a Teheran.
En estas horas de espera en un lugar bastante concurrido como una estación de autobuses y sin otra cosa que hacer, empece a notar una cierta sensación de incomodidad según pasaba el tiempo al irme dando cuenta de una cosa... LA INVISIBILIDAD EXISTE.
Si, y se llama MUJER IRANÍ. Las he visto en un montón de lugares antes que en Irán. De hecho en todo los países donde hay musulmanes existen algunas "mujeres invisibles" (incluida España). Cuando, en cualquiera de esos lugares, ves una o dos de ellas, te despierta la curiosidad, o el recelo, o la compasión -que de todo habrá- y, por supuesto y en, creo yo, todos los casos la incomprensión (¿porque?). Pero cuando lo que te llama la atención no es ver una o dos mujeres cubiertas de pies a cabeza de negro y con velo, ¡¡sino ver a una o dos vestidas "normal"!! (aunque aquí la normalidad es lo otro, me refiero a lo "occidental") es que algo esta pasando. Es absolutamente imposible tal unanimidad si no fuera por algo impuesto -como en la China de Mao el famoso traje- aunque ellos aducen que la única obligación es llevar velo, lo otro es algo "voluntario" de ellas ¿¿¿¿¿¿?????.
En Malasia, Indonesia o Singapur (por poner ejemplos de países 100% musulmanes) las mujeres llevan tapado el pelo, sí, pero con pañuelos maravillosamente vistosos, cada uno de un color y con todo tipo de adornos y abalorios: lentejuelas, cristalitos, perlas, bordados, etc., y el resto -con cierto recato eso si- pantalones vaqueros o de vestir y camisa de manga larga, pero cada una a su aire.
Aquí, en Urumiyeht primera ciudad iraní que visito van totalmente vestidas de negro (capa, pantalones, calcetines y zapatillas, etc. una especie de luto rigurosísimo sin ningún tipo de adorno visible) y enfundadas en una especie de capa con capucha que solo les deja visibles ojos y nariz (muchas sujetan el velo, para que no se les mueva, con los dientes) que me ha impresionado vivamente. En especial un grupo de unas veinte mujeres o mas que se dirigían a tomar un bus y que vistas así, en hilera, me parecía estar viendo una procesión de penitentes en alguna Semana Santa de las recias: Valladolid o Zamora.
Hasta que no te fijas un poco no eres capaz de distinguir mas rasgo definitorio que la altura o el volumen, lo que las unifica, las despersonaliza, las desindividualiza, las masifica y las anula , no dejando ver rasgo distintivo alguno, no solo físico sino de personalidad (algo que suele manifestarse, sobre todo en la mujer, en su forma de vestir, peinarse, complementarse, etc., etc.) lo que a todos los efectos ... LAS HACEN INVISIBLES, son como sombras, como almas en pena que van vagando y cargando con su penitencia por el terrible pecado cometido de .. HABER NACIDO MUJER EN IRÁN (esto serviría para otros casos aún mas sangrantes como el de Arabia Saudí, Afganistán, Paquistán, etc.).
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