Para poder entrar a los templos (y mezquitas) hay que descalzarse y, en estos casos en que hay cientos o miles de peregrinos el problema se presenta a la hora de la salida para encontrar tus sandalias. En el templo de Nataraja tarde casi un cuarto de hora en encontrarlas porque no recordaba en cual de las cuatro entradas las había dejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario