JAISALMER Y EL GRAN DESIERTO DEL THAR

27 y 28.10.2011:


Jaisalmer es una ciudad enclavada en el desierto del Thar en el extremo noroeste de India, a tan solo 100 Kms de su eterna rival: Pakistán.

Hay dos elementos que la dominan completamente, el enorme desierto que la rodea como si quisiera tragársela y el gigantesco fuerte que la corona y domina.


El desierto no es el típico que uno se imagina, despoblado de vegetación y con dunas en continua sucesión. Este desierto no es tan árido, pues se dan en él algún tipo de vegetación -propia, eso si, de este tipo de suelos- y soporta pequeñas comunidades de pastores de camellos y cabras, únicos bichos que soportan estos climas (aunque con la traída de agua mediante canalización se ven, también, bastantes vacas).


Aquí la jugada consiste en contratar un "safari-camel" (una dura prueba para mi culo) y dormir al raso en el desierto. Ambas experiencias fascinantes (a pesar de que mi camello no hacia mas que intentar darme patadas y cabezazos -normal si te ponen encima un tío con un montón de arrobas de tocino de mas- ..¡que harías tú en su lugar!).

Lo mejor, con diferencia, dormir al aire libre con un firmamento cuajadito de estrellas que parecía que se te iban a caer encima -solo he visto tantas estrellas juntas en otro desierto: el de Atacama en Chile-, y con un "peletillo" que se te colaba por todos los resquicios de aquella especie de colcha-edredón que nos dieron llena de agujeros, arena, polvo y "mierda". Cuando el viento soplaba el frió arreciaba, pero casi mejor, pues al despertarte por la helada, te permitía volver a contemplar ese enorme pedazo de cielo estrellado.


Fantástica experiencia la del desierto ... (nota al margen: mi culo -y, seguramente, el camello- no están de acuerdo con lo anterior).


El gigantesco fuerte de Jaisalmer es una construcción impresionante. Cuenta con 99 bastiones-torre en todo su perímetro y ocupa un montón de Ha., aparte de ser el único de la India que esta habitado, lo que le da un puntito extra de encanto pues las fachadas de las "havelis" (especie de casona familiar compuesta de varias plantas, patios, corredores y un laberinto de escaleras y balcones en donde es fácil perderse) son esplendidas y están labradas en la típica arenisca roja del desierto y talladas con exquisito mimo y creatividad (no se repite ninguna ventana, ni ningún diseño o dibujo).


Antiguamente el fuerte era un punto estratégico para las caravanas de camellos que hacían la ruta de la seda. El auge de los medios de comunicación y las rutas alternativas la despojaron de contenido haciendo que la ciudad quedara como dormida en el tiempo y en peligro de abandono, pero, afortunadamente, las modernas caravanas de "gringos" la estamos revitalizando y asegurando su permanencia en el tiempo, disputándosela a su verdadero dueño ... ¡el desierto!.

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