09 y 10.12.2009:
Chihuahua es una ciudad que se ve bastante "desangelada" y algo destartalada. Aunque al parecer goza de un buen estatus y una pujante economía.
He llegado hasta aquí en compañía de Francesca y Madhmude, del grupito de Batopilas. Nos hemos alojado en el único albergue que hay en la ciudad y que esta acorde con la misma ... "desangelado" y sin mayor encanto.
Lo, aparentemente, mas atractivo del lugar son sus historias sobre "Pancho" Villa (quien, por cierto, ni se llamaba Francisco -Pancho-, ni se apellidaba Villa, su verdadero nombre era Doroteo Arango). Aunque no era natural de Chihuahua casi todo su biografía transcurrió en este estado, llegando a ser gobernador del mismo.
Aquí esta su casa (ahora convertida en Museo de la Revolución Mexicana, en donde se exhibe el coche en el que fue asesinado acribillado a balazos -con mas agujeros que un queso gruyere-), el Mausoleo que mandó construir él en vida para ser enterrado (que nunca fue usado para tal fin), esculturas, plazas, calles, avenidas, etc., etc..
A pesar de lo "maquillado" de su biografía (lo pintan como un gran luchador y héroe revolucionario -que lo era- pero sin hacer mención a su no tan brillante pasado de bandolero cuando se dedicaba, lógicamente, a robar). La vida de este hombre fue, como se suele decir, de película: bandolero, gran estratega durante la guerra, con un gran carisma popular y que, al ser nombrado gobernador de Chihuahua tras acabar la guerra, se granjeó bastantes enemistades y actuó como todos los anteriores (y posteriores) gobernadores: nepotismo, abuso de poder, corrupción, favoritismo, etc..
A su muerte reclamaron su herencia docenas de mujeres que decían ser sus esposas, amantes o madres de sus múltiples y supuestos hijos.
Una apretada y turbulenta vida que dio lugar a películas, libros, letras de canciones, etc., y por supuesto a toda una leyenda mundial y a un mito que, al menos aquí en México, se niega a morir. ¡¡Que viva Pancho Villa!!.
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