04.11.2009:
Me despido de Oaxaca con agradecimiento por los magníficos días que me ha ha hecho pasar. Ademas lo hago de forma esplendida, pues al ir camino de la terminal de buses he pasado delante de la iglesia de Sto. Domingo (que no había podido ver en estos días porque estaba convertida en escenario y no estaba abierta al publico y hubiera lamentado no visitarla por lo esplendida que había leído que era) pero hoy si estaba abierta, así que, cargado con mochilas y todo, he podido visitarla. ¡¡Un lujo para los sentidos!!.Mas que una iglesia parece un joyero o las dependencias de algún palacio versallesco. Una riquísima y profusa decoración en estuco recubierto de pan de oro te asalta nada mas acceder a la iglesia y desde un extremo a otro. Como fondo ambiental musical gregoriana ... ¡ya digo, un lujo para vista y oídos!.
So poco mas de 4 horas de autobús entre Oaxaca y Puebla y la mayor parte del recorrido es precioso. Aquí ya empieza a transformase el paisaje. Atrás han quedado las densas selvas y arboledas que todo lo ocupaban en el sur mexicano: Yucatán y Chiapas. Empieza a aparecer la vegetación de zonas mas áridas y secas: enormes extensiones de cactus, pinares y zonas peladas de vegetación. Las diferentes sierras que vamos atravesando son realmente bellas.
La llegada a Puebla como a todas las ciudades: trafico, gente, etc., pero la terminal de buses es moderna, limpia y ordenada. Me alojo en el centro y salgo a dar una vuelta a la caída de la tarde. ¡La ciudad promete!.
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