Este minarete es el símbolo más reconocible de Bukhara fue algo así como el Faro de la Ruta de la Seda (tiene 47 mts. de altura y fue, durante siglos, el minarete mas alto de Asia Central).
Levantado, nada menos, que en el Siglo XII como parte de una Mezquita anterior a la que hay ahora (S. XVI), llegó a ser el minarete más elevado del mundo musulmán con sus sorprendentes 48 metros de altura. Ha soportado terremotos y guerras de todas las épocas pero aún así ha podido resistir para superar sus ochocientos años de edad en un envidiable estado de forma.
Es un minarete circular, con nueve metros de diámetro en la base y seis metros en la cúspide con una corona con ventanas (dieciséis para ser más exactos), cuyos ojos son capaces de observar cualquier movimiento a muchos kilómetros a la redonda (el paisaje alrededor de Bukhara es totalmente plano).
Su perfección y belleza llegó incluso a dejar boquiabierto al mismísimo Genghis Khan, quien tuvo una piedad inusual para no convertirla en polvo.
Hasta principios del Siglo XX se utilizó también como el instrumento clave de la Pena capital infringida a los condenados a muerte en Bukhara. Era tradición arrojarlos desde arriba para acabar estampados en el suelo de piedra después de un viaje de más de cuarenta metros. Sus 105 escalones fueron el más macabro corredor de la muerte.
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