Hoy es uno de esos días que, sin hacer nada aparentemente -todo el día sentado en un coche-, da para escribir largo y tendido.
Después de desayunar.. a cargar la casa a cuestas y al bazar a buscarme -y a buscarle a otros- la vida. Se trata de encontrar un taxi compartido con otros tres mas para ir desde Bukhara a Khiva atravesando el desierto del Kizyll-Qum durante 7 u 8 horas por una especie de carretera mas parecida a un campo de minas recién explotadas o un campo de cráteres lunares (el tamaño de alguno de ellos son de ese calibre).
A pesar de mis malos augurios ante tal tarea, no se me ha dado mal y he pillado (bueno me ha pillado él a mi) a un conductor que me asegura que ya tiene apalabrado a otros dos y ya podemos salir -pero en el coche solo hay uno-. Como pongo cara de no creerle (la experiencia manda) me ofrece -supongo que como aliciente- el asiento de delante (y hace bajar al paisano que ya estaba montado delante ¡sin que este ponga la mas mínima objeción!). Eso, definitivamente, me convence aunque tenga que esperar una hora (aún recuerdo el último taxi compartido que pille para ir desde Samarkanda a Shakhrisabz y me tocó atrás y en el medio entre dos paisanos y no sabia donde poner los pies sin que alguno de los dos me lo pisara y encojidito pues eran dos buenos cachorrones).
Para no hacer la historia mas larga los paisanos que faltaban llegaron y arrancamos. La carretera era tan mala como me habían contado otros viajeros y pone en todas las guías de viaje (pero, amigo, en el asiento de delante se ve la vida, y el viaje, de otro color). Si a eso le añades que, para mi sorpresa, hay un tramo bastante grande de carretera nueva y sin baches .. pues eso, que no me resulto muy pesado a pesar de los dichosos baches y de los bandazos que el conductor tiene que ir dando para no comérselos (a todo esto el tío va que se las pela, por lo que cuando no ve uno y se lo traga o no puede esquivarlo porque viene otro coche de frente en sentido contrario, pegas unos botes dentro del coche que te aporreas en el techo).
Lo que vino a amenizar un viaje tan monótono fueron las paradas que tuvo que hacer para repostar gas (el coche es un Lada ruso bastante viejo con un deposito atrás como un termo de mil litros). En la paradas.. ha hablar de fútbol toca pues por aquí -como por el resto del mundo- a España solo se la conoce por el Barca y el Real Madrid y por sus dos figuras: Ronaldo y Messi (que, curiosamente, ninguno de ellos es español como sabréis). En la parada para comer en un chamizo de paja al lado de la carretera los tres uzbecos se empeñaron en que me comiera unas "somsas" (empanadillas de carne) y bebiera te con ellos ¡y no hubo modo que me dejaran pagar! .. ¡!que gente mas maja!!.
Pero la guinda del pastel fue cuando al llegar al pueblo donde se quedaban los uzbecos (en donde, por cierto, me invitaron a pasar a su mezquita y, para ello, me compraron en un puestecito que había a la entrada, un bonete blanco de algodón..¡¡pero que gente tan maja!!) y mi taxista empezó a "subastarme" a otros posibles conductores que fueran hasta Khiva -a la que aún quedaban 40 km por llegar- y apareció con otro taxista, que tenía otro "guiri" (también "traspasable") para ir a Khiva. Resulto ser que el "traspasable" era un tío muy majete de Gandia/Valencia que venia dándole el cante al del taxi porque no entendía porque no le llevaba él: ".. yo te he pagado a ti para que me lleves a Khiva y tu me llevas a Khiva o no te pago .. que coño me vas a cambiar de taxi...le venía diciendo" (ni que decir tiene que los taxistas ni hablan español ni otra cosa que no sea ruso o uzbeco).
En fin, cuando le explique lo de la "trata de blancos" y que yo también iba para Khiva y que no había ningún problema que entre ellos "se lo guisaban y ellos se lo comían" pero que a nosotros nos llevarían a Khiva, eso si .. ¿quien? .. ¡estaba por ver!. Al final nos traspasaron a Jose Ángel (que así se llamaba el valenciano) y a mi a otro taxi (con dos paisanos mas -y eso que él había contratado un taxi privado solo para él- y ..¡¡en el asiento de atrás!! para mas "Inri").
Bueno al final llegamos sanos y salvos a Khiva (bueno, Jose A. sano, salvo y con un cabreo del quince). Pero como en tantas otras ocasiones cualquier penalidad se da por bien soportada si la recompensa lo merece y KHIVA SE MERECE ESO Y MAS.
Después de desayunar.. a cargar la casa a cuestas y al bazar a buscarme -y a buscarle a otros- la vida. Se trata de encontrar un taxi compartido con otros tres mas para ir desde Bukhara a Khiva atravesando el desierto del Kizyll-Qum durante 7 u 8 horas por una especie de carretera mas parecida a un campo de minas recién explotadas o un campo de cráteres lunares (el tamaño de alguno de ellos son de ese calibre).
A pesar de mis malos augurios ante tal tarea, no se me ha dado mal y he pillado (bueno me ha pillado él a mi) a un conductor que me asegura que ya tiene apalabrado a otros dos y ya podemos salir -pero en el coche solo hay uno-. Como pongo cara de no creerle (la experiencia manda) me ofrece -supongo que como aliciente- el asiento de delante (y hace bajar al paisano que ya estaba montado delante ¡sin que este ponga la mas mínima objeción!). Eso, definitivamente, me convence aunque tenga que esperar una hora (aún recuerdo el último taxi compartido que pille para ir desde Samarkanda a Shakhrisabz y me tocó atrás y en el medio entre dos paisanos y no sabia donde poner los pies sin que alguno de los dos me lo pisara y encojidito pues eran dos buenos cachorrones).
Para no hacer la historia mas larga los paisanos que faltaban llegaron y arrancamos. La carretera era tan mala como me habían contado otros viajeros y pone en todas las guías de viaje (pero, amigo, en el asiento de delante se ve la vida, y el viaje, de otro color). Si a eso le añades que, para mi sorpresa, hay un tramo bastante grande de carretera nueva y sin baches .. pues eso, que no me resulto muy pesado a pesar de los dichosos baches y de los bandazos que el conductor tiene que ir dando para no comérselos (a todo esto el tío va que se las pela, por lo que cuando no ve uno y se lo traga o no puede esquivarlo porque viene otro coche de frente en sentido contrario, pegas unos botes dentro del coche que te aporreas en el techo).
Lo que vino a amenizar un viaje tan monótono fueron las paradas que tuvo que hacer para repostar gas (el coche es un Lada ruso bastante viejo con un deposito atrás como un termo de mil litros). En la paradas.. ha hablar de fútbol toca pues por aquí -como por el resto del mundo- a España solo se la conoce por el Barca y el Real Madrid y por sus dos figuras: Ronaldo y Messi (que, curiosamente, ninguno de ellos es español como sabréis). En la parada para comer en un chamizo de paja al lado de la carretera los tres uzbecos se empeñaron en que me comiera unas "somsas" (empanadillas de carne) y bebiera te con ellos ¡y no hubo modo que me dejaran pagar! .. ¡!que gente mas maja!!.
Pero la guinda del pastel fue cuando al llegar al pueblo donde se quedaban los uzbecos (en donde, por cierto, me invitaron a pasar a su mezquita y, para ello, me compraron en un puestecito que había a la entrada, un bonete blanco de algodón..¡¡pero que gente tan maja!!) y mi taxista empezó a "subastarme" a otros posibles conductores que fueran hasta Khiva -a la que aún quedaban 40 km por llegar- y apareció con otro taxista, que tenía otro "guiri" (también "traspasable") para ir a Khiva. Resulto ser que el "traspasable" era un tío muy majete de Gandia/Valencia que venia dándole el cante al del taxi porque no entendía porque no le llevaba él: ".. yo te he pagado a ti para que me lleves a Khiva y tu me llevas a Khiva o no te pago .. que coño me vas a cambiar de taxi...le venía diciendo" (ni que decir tiene que los taxistas ni hablan español ni otra cosa que no sea ruso o uzbeco).
En fin, cuando le explique lo de la "trata de blancos" y que yo también iba para Khiva y que no había ningún problema que entre ellos "se lo guisaban y ellos se lo comían" pero que a nosotros nos llevarían a Khiva, eso si .. ¿quien? .. ¡estaba por ver!. Al final nos traspasaron a Jose Ángel (que así se llamaba el valenciano) y a mi a otro taxi (con dos paisanos mas -y eso que él había contratado un taxi privado solo para él- y ..¡¡en el asiento de atrás!! para mas "Inri").
Bueno al final llegamos sanos y salvos a Khiva (bueno, Jose A. sano, salvo y con un cabreo del quince). Pero como en tantas otras ocasiones cualquier penalidad se da por bien soportada si la recompensa lo merece y KHIVA SE MERECE ESO Y MAS.
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