26-07-2012
Puede que sea un espejismo (de hecho creo que lo es) y dure poco, pero mi entrada en China no ha cumplido, afortunadamente, ninguna de mis peores y temidas expectativas.
El cruce de la frontera entre Vietnam y China por Hezohu fue un tramite fácil y hasta amable (el guardia era aficionado al fútbol y, mientras me hacia el montón de preguntas de rigor, me iba hablando de la selección).
Nada mas superar el tramite aduanero y una vez en el lado chino, me esperaba la típica y temida legión de busca-vidas ofreciéndote cambio, cama, transporte, etc.. ¡Nada de nada!. Pero nada de nada, a veces, no es bueno, porque te ves como Gary Cooper, "solo ante el peligro" ... cargado con tus mochilas, sin un solo yuan en el bolsillo (en Vietnam no quise cambiar para no me dieran el ultimo timo) y a cada uno que preguntas por un cajero pone cara de poker o te mira entre asombrado e incrédulo.
Y aquí me ves, con mi guía de conversación y mini diccionario mandarín-español en la mano intentando hablar en chino ... con dudoso éxito al parecer, dado que ni dios me entendía. Al fin, tras probar en tres cajeros distintos que no debían de aceptar mas que tarjetas chinas, pude sacar algo de dinero y ponerme a preguntar ... ¡de nuevo y con idéntico resultado! por la estación de autobuses. Para hacer el cuento corto, al fin di con la jodida estación y -diccionario en mano- pedir un billete para Kunming en un bus-cama.
Descifrar un billete de bus chino no es que tenga "miga", es que es, quitando la fecha y hora (que eso si viene también en "cristiano"), lo demás es totalmente esotérico e indescifrable. La segunda parte es averiguar por qué puerta de embarque y en qué bus, de las docenas que hay, te tienes que subir.
Pero ahí no acaba la jugada, una vez superados los hitos de la puerta y el bus... billete en mano y enseñándoselo a todo aquel con el que me cruzaba, queda saber cual es el camastro en el que tienes que intentar dormir. Después de desalojarme de dos porque no eran el mio, al final el chófer me adjudico uno.
Cuando el bus se lleno tardó casi una hora mas, de la hora señalada como partida, en arrancar por problemas con un grupo de trabajadores que pretendían meter en el portaequipajes un montón de maquinaria (compresores, escaleras, cajas de herramientas, botes de pintura enormes, etc.) y, al parecer, eso no se lo admitían como equipaje y pretendían cobrárselo como carga. ¡Un follón tremendo de gente vociferando todos a la vez y cada cual mas alto!...¿Cómo coño se podrán entender?.
Un montón de gente descalzos (en el bus-cama no puedes ir, lógicamente, calzado), sudando a mares (una hora parados sin aire acondicionado y sin que entre aire) producen como resultado unos "prejumenes a tigre" que marean. Cuando al fin se puso en movimiento y abriendo la ventanilla de par en par, pude al fin respirar.
Tras una azarosa noche de traqueteos y conversaciones de móvil entre chinos sordos (yo creo que se hubieran oído igual -sin importar la distancia a la que estuvieran- si en vez del móvil se hubieran asomado a la ventanilla y, a voz en grito, se hubiesen contado lo que fuera) llegué a Kunming de madrugada a una estación a tomar por el c... del centro de la ciudad.
¡Y vuelta a empezar ... librito en mano!. Tras tomar dos buses urbanos y caminar por un buen rato ..¡¡HE LLEGADO YO SOLITO AL ALBERGUE!!. Sin tomar un taxi que era lo que me había propuesto para ver como me bandeaba sin ayuda por una ciudad china.
¡Todo un éxito oiga!. Mi moral ha subido un montón de puntos de golpe.
Veremos cuanto me dura.
Puede que sea un espejismo (de hecho creo que lo es) y dure poco, pero mi entrada en China no ha cumplido, afortunadamente, ninguna de mis peores y temidas expectativas.
El cruce de la frontera entre Vietnam y China por Hezohu fue un tramite fácil y hasta amable (el guardia era aficionado al fútbol y, mientras me hacia el montón de preguntas de rigor, me iba hablando de la selección).
Nada mas superar el tramite aduanero y una vez en el lado chino, me esperaba la típica y temida legión de busca-vidas ofreciéndote cambio, cama, transporte, etc.. ¡Nada de nada!. Pero nada de nada, a veces, no es bueno, porque te ves como Gary Cooper, "solo ante el peligro" ... cargado con tus mochilas, sin un solo yuan en el bolsillo (en Vietnam no quise cambiar para no me dieran el ultimo timo) y a cada uno que preguntas por un cajero pone cara de poker o te mira entre asombrado e incrédulo.
Y aquí me ves, con mi guía de conversación y mini diccionario mandarín-español en la mano intentando hablar en chino ... con dudoso éxito al parecer, dado que ni dios me entendía. Al fin, tras probar en tres cajeros distintos que no debían de aceptar mas que tarjetas chinas, pude sacar algo de dinero y ponerme a preguntar ... ¡de nuevo y con idéntico resultado! por la estación de autobuses. Para hacer el cuento corto, al fin di con la jodida estación y -diccionario en mano- pedir un billete para Kunming en un bus-cama.
Descifrar un billete de bus chino no es que tenga "miga", es que es, quitando la fecha y hora (que eso si viene también en "cristiano"), lo demás es totalmente esotérico e indescifrable. La segunda parte es averiguar por qué puerta de embarque y en qué bus, de las docenas que hay, te tienes que subir.
Pero ahí no acaba la jugada, una vez superados los hitos de la puerta y el bus... billete en mano y enseñándoselo a todo aquel con el que me cruzaba, queda saber cual es el camastro en el que tienes que intentar dormir. Después de desalojarme de dos porque no eran el mio, al final el chófer me adjudico uno.
Cuando el bus se lleno tardó casi una hora mas, de la hora señalada como partida, en arrancar por problemas con un grupo de trabajadores que pretendían meter en el portaequipajes un montón de maquinaria (compresores, escaleras, cajas de herramientas, botes de pintura enormes, etc.) y, al parecer, eso no se lo admitían como equipaje y pretendían cobrárselo como carga. ¡Un follón tremendo de gente vociferando todos a la vez y cada cual mas alto!...¿Cómo coño se podrán entender?.
Un montón de gente descalzos (en el bus-cama no puedes ir, lógicamente, calzado), sudando a mares (una hora parados sin aire acondicionado y sin que entre aire) producen como resultado unos "prejumenes a tigre" que marean. Cuando al fin se puso en movimiento y abriendo la ventanilla de par en par, pude al fin respirar.
Tras una azarosa noche de traqueteos y conversaciones de móvil entre chinos sordos (yo creo que se hubieran oído igual -sin importar la distancia a la que estuvieran- si en vez del móvil se hubieran asomado a la ventanilla y, a voz en grito, se hubiesen contado lo que fuera) llegué a Kunming de madrugada a una estación a tomar por el c... del centro de la ciudad.
¡Y vuelta a empezar ... librito en mano!. Tras tomar dos buses urbanos y caminar por un buen rato ..¡¡HE LLEGADO YO SOLITO AL ALBERGUE!!. Sin tomar un taxi que era lo que me había propuesto para ver como me bandeaba sin ayuda por una ciudad china.
¡Todo un éxito oiga!. Mi moral ha subido un montón de puntos de golpe.
Veremos cuanto me dura.
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