17-02-2012
¡¡¡Nadie que haya visto la Shwedagon Paya de Yangon la cambiaría por casi ninguna otra cosa que haya podido ver en casi cualquier otra parte del mundo!!!.
Su sola visita justificaría, sobradamente, un viaje a este remoto y difícil país.
¡¡¡Nadie que haya visto la Shwedagon Paya de Yangon la cambiaría por casi ninguna otra cosa que haya podido ver en casi cualquier otra parte del mundo!!!.
Su sola visita justificaría, sobradamente, un viaje a este remoto y difícil país.
Después de haber estado casi cinco horas entre sus muros (la primera hora cayéndoseme la baba a corros totalmente anonadado), al irme, he tenido la sensación de que me quedaban un montón de cosas por ver, cantidad de detalles que apreciar, multitud de sensaciones que sentir y, a pesar de que te sacan 5 dolares por entrar, mañana si alguien me busca ... ya sabe dónde encontrarme.
Como mi verbo no alcanza voy a "fusilar" alguna de las descripciones que hizo, nada mas y nada menos, que Rudyard Kipling aludiendo a esta maravilla en forma de "chedy" (o stupa o como quiera que se llame aquí): "... es un misterio dorado, una hermosa maravilla pestañeante que centellea al sol, con una forma que no es ni una cúpula islámica ni la aguja de un templo hindú y que es algo totalmente distinto a cualquier sitio que se conozca..".
Este enorme complejo que, aparte de su "zedi/chedy" o stupa principal, tiene otros 82 edificios increíbles que, el menor de ellos, merecería una visita prolongada tiene una historia que daría para escribir varios libros del tamaño de una guía telefónica (2500 años de historia, sobre todo si es tan turbulenta como lo fue en esta parte del mundo, dan para mucho).
En principio todo este "disparate" empezó siendo una pequeña stupa en donde se guardaban y veneraban 8 cabellos de Buda, reliquia que trajeron hasta Yangon dos hermanos comerciantes y que, según cuenta la leyenda, fueron guardados en un cofre de oro, que fue depositado en una cámara que se cerró con una lapida recubierta de oro. Encima se construyo una stupa de oro, sobre esta una de plata, encima otra de una aleación de oro y cobre, encima otra de bronce, luego otra de plomo, otra mas de mármol y, por ultimo, una stupa de ladrillo.
Con posterioridad esta costumbre de "enriquecerla" con oro empezó cuando una reina llamada Shinsawbur destino una cantidad de oro equivalente a su peso para cubrir la stupa de hojas de este metal. Su yerno, chulo él, fue mas generoso: ofreció el cuádruple de su peso y el de su esposa en oro para el mismo fin ... y hasta hoy no han parado de hacer aportaciones para su "enriquecimiento" (estamos hablando de 2.500 años de donaciones).
No me atrevo a resumir lo que es éste complejo, pero solo algunos detalles para ilustrar tamaña maravilla:
* Se extiende sobre mas de 5 hectáreas.
* tiene 98 metros de altura.
* el oro acumulado en su stupa central suma mas de 53.000 kilos.
* Solo la aguja central, en su punta, lleva incrustados mas de 5.000 diamantes y otras 2.000 piedras preciosas.
* la campana central de la stupa esta recubierta de 13.153 laminas de oro de 30 cm2 cada una.
* la veleta, que se mueve con el viento, esta chapada en oro y plata y tiene 1.100 diamantes engarzados que suman 278 quilates mas 1.383 piedras preciosas y esta coronada por un globo de oro hueco con 4.351 diamantes incrustados de 1.800 quilates en total. La "guinda" del globo es un diamante de 76 quilates.
* el oro de la stupa es repuesto anualmente.
Esta "zedi" es la imagen tanto de Yangon como de Myanmar y el símbolo por antonomasia de la identidad y el alma birmana. Los birmanos la veneran y todo buen budista intenta hacer, al menos, una peregrinación aquí en su vida.
Me he recreado en la "riqueza" material del lugar ante la imposibilidad, por mi parte, de describir la otra "riqueza": la espiritual, la estética, la emocional, la simbólica, etc., de un lugar tan sumamente especial como lo es este.
Hoy ha sido un día grande y especial en mi viaje y me ha reconfortado y compensado de algunas "fatiguitas" que se pasan por estos "caminos de Buda" que hacen que, a veces (pocas la verdad), uno se pregunte aquello de: "qué coño hago yo por aquí" ... ¡ahora lo sé!: ver sitios como la Shwe Dagon Paya, algo impagable, indescriptible, sublime, especial, algo que nos dignifica como especie y enriquece como seres humanos.
¡¡GRACIAS!!.
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