20-12-2011
¡Esto es otra cosa!. Aquí la India, al menos la que he conocido hasta ahora, cambia de cara.
No sé si se deberá a la siempre agradecida presencia del mar (por primera vez en India) que aquí, en Goa, responde a la clásica postal de turismo de sol y playa: enormes extensiones de cocoteros y palmeras que llegan hasta la mismísima orilla del mar formando unas playas de fina arena bañadas por el cálido Mar Arábigo (lo de cálido responde a la temperatura del agua: en su justo punto para cocer marisco).
Y como esa combinación nunca falla ... sol, mar, playita de arena y palmeras = mogollón de turistas (entre los que, por supuesto, yo no me encuentro ¡faltaría más!), pues eso, que esto esta petao de "giris".
Aparte de mojarte el culo, en Goa, también se pueden hacer otras cosas.Cosas que a nosotros, los latinos, nos suenan un montón: visitar monumentales iglesias católicas, pasear por barrios de casitas de madera con balconadas labradas y tejados de teja, etc.- Esto, que de indio tiene poco, obedece al pasado colonial portugués de esta zona de la India.
Old Goa (Vieja Goa que así la llaman para diferenciarla de la nueva Goa, a unos pocos kilómetros de distancia al quedar la vieja Goa abandonada tras un terremoto) llegó a rivalizar, en sus buenos tiempos siglos XVII y XVIII, con la mismísima metrópolis, Lisboa, en grandeza y poder, por lo que su legado, tanto arquitectónico como cultural, se hace notar por todos lados (no sólo son sus iglesias, también los rótulos de las tiendas y de las calles plagados de apellidos portugueses, por no hablar del carácter mas reposado y amable de la gente de por aquí ... que parecen tienen "saudade" y moverse a ritmo de fado).
No obstante la principal huella de los antiguos colonos es, como no podía ser de otra manera (como nos ocurrió a nosotros en América Latina) religiosa. Mogollón de iglesias igual a mogollón de fieles, y fieles de los de verdad: de los que llenan las iglesias y los cepillos (con lo poco que tienen) y rezan con devoción.
Y, hablando de devoción, aquí el santo patrón de Goa es San Francisco Javier y su sepulcro, en la Basílica del Bom Jesus en Old Goa, con su cuerpo incorrupto, atrae a multitud de fieles, no solo de la India, sino de toda Asia.
Cuenta la leyenda que al morir el santo (frente a las costa de China) uno de sus asistentes vertió cuatro sacos de cal viva en su ataúd para que se consumiera y poder llevar los restos a Goa. Dos meses mas tarde, al llegar a Goa, el cuerpo seguía en perfectas condiciones pese a la cal viva. Tras esto se inicio el proceso de beatificación y se realizo un examen por parte del medico personal del virrey en 1.556, quien declaró que todos sus órganos internos estaban intactos y no se había utilizado producto conservador alguno y que, en el examen sus dedos quedaron cubiertos de sangre ..."que yo olí y encontré absolutamente incorrupta", declaró el galeno.
Cada diez años, desde el siglo XIX, el cuerpo es sacado de su urna y expuesto al público (lo digo por si hay alguno interesado en la próxima exposición, que será en el 2014, para que vayan reservando billetes de tren que puede, que para esa fecha, aún quede alguna plaza libre).
¡Esto es otra cosa!. Aquí la India, al menos la que he conocido hasta ahora, cambia de cara.
No sé si se deberá a la siempre agradecida presencia del mar (por primera vez en India) que aquí, en Goa, responde a la clásica postal de turismo de sol y playa: enormes extensiones de cocoteros y palmeras que llegan hasta la mismísima orilla del mar formando unas playas de fina arena bañadas por el cálido Mar Arábigo (lo de cálido responde a la temperatura del agua: en su justo punto para cocer marisco).
Y como esa combinación nunca falla ... sol, mar, playita de arena y palmeras = mogollón de turistas (entre los que, por supuesto, yo no me encuentro ¡faltaría más!), pues eso, que esto esta petao de "giris".
Aparte de mojarte el culo, en Goa, también se pueden hacer otras cosas.Cosas que a nosotros, los latinos, nos suenan un montón: visitar monumentales iglesias católicas, pasear por barrios de casitas de madera con balconadas labradas y tejados de teja, etc.- Esto, que de indio tiene poco, obedece al pasado colonial portugués de esta zona de la India.
Old Goa (Vieja Goa que así la llaman para diferenciarla de la nueva Goa, a unos pocos kilómetros de distancia al quedar la vieja Goa abandonada tras un terremoto) llegó a rivalizar, en sus buenos tiempos siglos XVII y XVIII, con la mismísima metrópolis, Lisboa, en grandeza y poder, por lo que su legado, tanto arquitectónico como cultural, se hace notar por todos lados (no sólo son sus iglesias, también los rótulos de las tiendas y de las calles plagados de apellidos portugueses, por no hablar del carácter mas reposado y amable de la gente de por aquí ... que parecen tienen "saudade" y moverse a ritmo de fado).
No obstante la principal huella de los antiguos colonos es, como no podía ser de otra manera (como nos ocurrió a nosotros en América Latina) religiosa. Mogollón de iglesias igual a mogollón de fieles, y fieles de los de verdad: de los que llenan las iglesias y los cepillos (con lo poco que tienen) y rezan con devoción.
Y, hablando de devoción, aquí el santo patrón de Goa es San Francisco Javier y su sepulcro, en la Basílica del Bom Jesus en Old Goa, con su cuerpo incorrupto, atrae a multitud de fieles, no solo de la India, sino de toda Asia.
Cuenta la leyenda que al morir el santo (frente a las costa de China) uno de sus asistentes vertió cuatro sacos de cal viva en su ataúd para que se consumiera y poder llevar los restos a Goa. Dos meses mas tarde, al llegar a Goa, el cuerpo seguía en perfectas condiciones pese a la cal viva. Tras esto se inicio el proceso de beatificación y se realizo un examen por parte del medico personal del virrey en 1.556, quien declaró que todos sus órganos internos estaban intactos y no se había utilizado producto conservador alguno y que, en el examen sus dedos quedaron cubiertos de sangre ..."que yo olí y encontré absolutamente incorrupta", declaró el galeno.
Cada diez años, desde el siglo XIX, el cuerpo es sacado de su urna y expuesto al público (lo digo por si hay alguno interesado en la próxima exposición, que será en el 2014, para que vayan reservando billetes de tren que puede, que para esa fecha, aún quede alguna plaza libre).
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