Estos dos dias de "regalo" forzoso que debo pasar en El Chalten voy a intentar exprimirlos a tope: "al mal tiempo buena cara", asi que voy a hacer el treking largo (alias pateo), el que llega a los pies mismos del Chalten/Fitz Roy (que son de las dos maneras que llaman a esa montaña) y cuyo ultimo tramo de dos horas solo lo recomiendan hacer a los montañeros expertos y escaladores (yo, despues de haber subido al Rorayma en Venezuela me he incluido -por la cara- en dicha categoria). Como la primera parte del camino es la misma que hice el primer dia, hoy me he parado a apreciar los detalles que, cuando estas en presencia de un coloso de la naturaleza como estas montañas, no se aprecian al tener siempre la vista fija en su imponente mole (pasa como en los concursos de belleza, que la peor puntuada -la menos guapa- del certamen no llama la atencion de nadie, pero que en cualquier otro ambiente atraeria, de inmediato, todas las miradas). Se pasa por virginales rios, impolutos, que nacen unos pocos kilometros mas arriba de las aguas del deshielo de los glaciares; por elevadas caidas de agua desde los montes; por bosques que harian las delicias de cualquier "gnomo"; por valles profundos; por llanuras extensas, ¡y todo lo eclipsa el majestuoso macizo nevado!. Hoy he intentado hacerles justicia a todos ellos parandome a contemplarlos y a inmortalizarlos para mi recuerdo tirandoles unas fotos.
Los carteles del parque van anunciando la que se avecina: "..sendero peligroso -solo escaladores" y no mienten. Los últimos 500 metros (mas de una hora de subida por lo empinado) estan llenos de piedras y rocas sueltas con el agravante de que las primeras nevadas y la helada de la madrugada lo han dejado hecho una pista de patinaje. Con mucha precaucion y a mi pasito logro coronar la cuesta y la recompensa que obtengo vale con creces la subida ¡y varias mas que pongan!. El Fitz Roy parece estar ahi mismo, al alcance de la mano ¡con lo lejano que se veia -perdon, intuia- el primer dia que subi al mirador!. Y ahora estoy justo donde empiezan las cordadas de escaladores a hacer camino a la cumbre. Me siento a la orilla de lago-glaciar a comerme un trozo de salami que compra ayer y que, al probarlo por la noche, me parecio bastante malo, hoy aqui me ha sabido a gloria bendita. Rodeando el lago descubro una cascada y, al fondo y bastante mas para abajo, otro lago: el que alimenta el monte-glaciar llamado Poincenot, de un azul intensisimo, precioso y que, por alguna razon que desconozco, le llaman "Laguna Sucia".
En el albergue hay un japonesito que se pasa las horas muertas trabajando en su portatil y que, por la velocidad a la que lo hace, debe ser un profesional del tema. Voy a ver si le pregunto como limpiar la camara del virus ese y, de paso, a ver porque no puedo colgar videos en el blog, porque de poder el de la excursion de hoy hubiera hecho las delicias de quien lo viera. Veremos si me aclara algo.
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