He volado hasta Ushuaia en el extremo sur de America: La Tierra del Fuego. Ushuaia es la ciudad mas austral -mas al sur- del mundo, a mas de 3000 kms. de Buenos Aires y a un paso del continente helado Antartico. Una vez alojado me encamino a visitar el Glaciar Martial que esta solo a unos 8 o 9 kms. de la ciudad andando.Hace un frio que pela. A las 13:30 hora de llegada al aeropuerto habia menos tres grados centigrados y unas rachas de viento helado que hacia que parecieran -30º. En la ciudad parece hacer menos frio al estar protegida en una bahia, pero nada mas empezar a subir hacia Los Andes Patagonicos -al monte Martial- empieza de nuevo a nevar y a arreciar el frio y soplar el viento helado. Por fin he encontrado sentido a los casi tres meses de cargar una mochila de 17 kilos: era para poder ponerme todo lo que llevaba hoy aqui. Me he puesto: dos pares de calcetines gordos; las botas de montaña; unas mallas largas y una camiseta, ambas térmicas; dos camisetas de manga larga; el pantalon de montaña; el forro polar; el cortavientos; una especie de bufanda que me dejo mi hijo y que llaman "braga"; la gorra y un par de guantes que me he comprado aqui. ¡Y a pesar de todo esto, cuando me monto en el telesilla para subir a los pies del glaciar, es como si estuviera desnudo: se me cuela el aire gelido por todas partes!. Me lloran los ojos por el aire (a pesar de llevar gafas) y las orejas son como de carton piedra. En un repecho empinado el telesilla se para, como para tomar resuello, y las rachas de viento empiezan a mecer la silla de un lado para otro. En todo el tramo que diviso entre estacion y estación no hay otra persona montada que una señora sola que esta bajando ya y que queda, en el paron, frente a mi. Me mira con una cara de susto y/o frio (no sé) que me dio por reir y, al final, supondo que de nerviosismo, ella tambien se contagio. Ambos pelados de frio, parados en medio de una montaña en Los Andes, nevando y con el balancin moviendose de un lado a otro y riendonos el uno al otro: ¿miedo o frio?.
Como llevo puesto en la cabeza el gorro, la braga y la capucha del chubasquero -sujetandomela con la mano para que no se vuele... no veo nada, pero cuando me bajo del telesilla y levanto la cabeza para arriba, el panorama es de cine: un profundo valle nevado por el que corre un riachuelo de agua cristalina a punto de helarse (ya tienen escarcha las orillas), que va empinandose hacia las cumbres eternamente nevadas de Los Andes y, entre los picos de sierra que forman las montañas: ¡el Glaciar Martial de un blanco impoluto!. Intento subir hasta la base misma del glaciar pero me es imposible: la pendiente se eleva hasta un 40º de desnivel, el sendero esta helado y voy patinando, el viento me hace ir con la cabeza baja a modo de ariete. Total que ... media vuelta arrrrrr. Tomo otro sendero que me recomendo el encargado del telesilla que atraviesa un bosque de pinos, gindos, alerces y otros árboles con unas formas maravillosas y con unos colores esplendorosos -aqui es otoño y las hojas estan mudando de color-.
Me quedo paseando -aqui el bosque me resguarda del viento- hasta las 17:30 hora en que deja de funcionar el telesilla. La nariz no para de gotearme y los ojos de llorarme. En el albergue me preparo una sopa de sobre calentita (me he cenado un litro de sopa), espero no haberme resfriado. Mañana vere como me levanto.
31.3.09:
Me he levantado bien y no parece que tenga secuelas del frio pasado ayer. He tomado un barco para hacer una excursion por el Canal del Beagle (llamado asi en recuerdo del barco ingles que lo cartografio en un viaje memorable en el que llevaban como pasajero nada menos que a Charles Darwin)y que, junto con el Estrecho de Magallanes delimitan la isla grande de Tierra del Fuego. El paisaje no puede ser mejor: a un lado la orilla chilena llena de bosques y suaves colinas nevadas, al lado argentino el imponente macizo de Los Andes nevados y en medio un brazo de mar repleto de leones marinos, focas, petreles, gaviotas, albatros y toda clase de aves siguiendo, al igual que los leones de mar, la estela del catamaran en espera de que les arrojemos algo para comer. Se visitan tres islas en donde anidan o crian diferentes especies de mamiferos marinos y aves. ¡Es como estar viendo los documentales de la "dos" en directo!. Los lobos y leones marinos compartiendo las mismas y escasas rocas peladas sobre el islote disputando entre ellos un sitio al sol (con mordiscos y peleas incluidos cuando invaden el haren del macho "mas gordo") y en otra isla se desciende para dar un largo paseo con visitas arqueologicas de las pocas ruinas que dejaron los, ya extinguidos, aborigenes de estos lares. Aqui tambien he pasado mi buen frio pues he ido en cubierta todo el rato porque no queria perderme detalle de los que pasaba en el agua ni del magnifico entorno que rodea el canal.
Decia Nino Bravo en una canción llamada América algo asi como: "... como un inmenso vergel, asi es América... cuando Dios hizo el Eden penso en America..." (no sé porque esta cancioncilla me lleva rondando todo el dia, quiza porque coincido con lo que dice la letra. Cada dia y en cada sitio se me confirman estos estrofas). Pero eso si... ¡hace un frio del carajo!.
O sea que lo que hemos visto en la tele tantas veces... existe de verdad! Esa naturaleza tan limpia y hermosa, esos paisajes y tanta vida en ellos, a pesar del tremendo pelete... Leyendo lo que cuentas, me he puesto allí. Con la ventaja de estar en camiseta pues hoy brilla el sol en Las Palmas.
ResponderEliminarMuchas gracias José por seguir llevándonos hasta allá. Y ADELANTE!
María