16/10/2011
Ahora que estoy a punto de iniciar otra "vuelta", esta vez por el sub-continente indio (India, Nepal, Sri Lanka) el Sudeste Asiático y China, así como los extensísimos archipiélagos de Malasia e Indonesia, recuerdo -casi con ternura- los nervios e incertidumbres que me corroían en mi primera "vuelta" por América (tanto del sur como central y del norte) que, inicialmente, pretendía ser el germen de una vuelta completa al globo y que, por diferentes razones, se frustró tras mas de un año de viaje.
De aquella "frustración", seguramente, nació la idea de seguir intentando dar, por etapas esta vez, la vuelta completa al mundo.
A pesar de la dilatada experiencia -de todo orden- que adquirí en ese viaje, parecen no estar sirviéndome de nada ante la inminencia de esta segunda "vuelta". Estoy igual de nervioso, o más, que en aquella ocasión. Ahora no se trata de visitar un continente "amigo" en el que, a pesar de los innumerables inconvenientes con que me encontré, tenían algo fundamental de mi parte: HABLAR SU IDIOMA.
En cambio en esta nueva singladura eso es algo que no va a jugar a mi favor -mas bien al contrario- pues seguramente fuera de los grandes núcleos de población o de los lugares muy muy turísticos, casi con toda seguridad, que poca gente hablara inglés y, nadie, español.
No obstante, y absolutamente consciente de las dificultades, estoy tremendamente ilusionado por visitar tantos países con culturas tan distintas y costumbres tan radicalmente opuestas a las mías: India, China, Indonesia, etc., etc..
Junto al acerbo viajero que adquirí en mi otra "vuelta", en esta ocasión también me llevo -y me voy a servir de ellas- aquellas máximas que, en su día, recopilé y que me fueron de tanta ayuda en algunas ocasiones.
Son una especie de decálogo de frases recopiladas de aquí y de allá y que, en algún momento, me hicieron reflexionar y, creo yo, me prepararon para afrontar ésta, para mi, "gran aventura". Eran las siguientes:
· Viaja siempre con una sonrisa en los labios y recuerda que eres tú el que, con sus "costumbres extrañas" estas visitando el país de otras personas.
· Hay que ponerse en manos de la amabilidad de los desconocidos ... allá a donde uno vaya siempre encontrara buenas personas.
· La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares e instantes que nos quitaron la respiración.
· Viajar es como entrar en un aula al aire libre.
· Al viajar nuestras mentes se vuelven más curiosas, nuestros corazones más poderosos y nuestros espíritus mas alegres y libres, por lo que ya no volvemos, nunca, a ser los mismos.
· La casualidad es la mejor guía de viajes que existe.
· Cuanto más tiempo pasa uno tratando de entender la forma de ser y de vivir de otras personas, más lograra comprender la suya propia.
· El viaje que realizamos por el extranjero es un reflejo del que realizamos por nuestro interior, el territorio más desconocido, ajeno y sin cartografiar que existe.
· Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.
De estas "perlas" procuré seguir aquellos consejos que implicaban el respetar a los demás y sus formas de vivir (aunque soy consciente de que no siempre lo conseguí) y de algunas de ellas pude comprobar, en vivo y en directo, su bondad y lo acertado de sus aseveraciones. De otras, en fin, simplemente espero que sean ciertas y produzcan en mí esas "mágicas" consecuencias de madurez, sabiduría, supresión de prejuicios, etc. ¡¡En esta ocasión, como en aquella otra, el tiempo lo dirá!!.
Ahora que estoy a punto de iniciar otra "vuelta", esta vez por el sub-continente indio (India, Nepal, Sri Lanka) el Sudeste Asiático y China, así como los extensísimos archipiélagos de Malasia e Indonesia, recuerdo -casi con ternura- los nervios e incertidumbres que me corroían en mi primera "vuelta" por América (tanto del sur como central y del norte) que, inicialmente, pretendía ser el germen de una vuelta completa al globo y que, por diferentes razones, se frustró tras mas de un año de viaje.
De aquella "frustración", seguramente, nació la idea de seguir intentando dar, por etapas esta vez, la vuelta completa al mundo.
A pesar de la dilatada experiencia -de todo orden- que adquirí en ese viaje, parecen no estar sirviéndome de nada ante la inminencia de esta segunda "vuelta". Estoy igual de nervioso, o más, que en aquella ocasión. Ahora no se trata de visitar un continente "amigo" en el que, a pesar de los innumerables inconvenientes con que me encontré, tenían algo fundamental de mi parte: HABLAR SU IDIOMA.
En cambio en esta nueva singladura eso es algo que no va a jugar a mi favor -mas bien al contrario- pues seguramente fuera de los grandes núcleos de población o de los lugares muy muy turísticos, casi con toda seguridad, que poca gente hablara inglés y, nadie, español.
No obstante, y absolutamente consciente de las dificultades, estoy tremendamente ilusionado por visitar tantos países con culturas tan distintas y costumbres tan radicalmente opuestas a las mías: India, China, Indonesia, etc., etc..
Junto al acerbo viajero que adquirí en mi otra "vuelta", en esta ocasión también me llevo -y me voy a servir de ellas- aquellas máximas que, en su día, recopilé y que me fueron de tanta ayuda en algunas ocasiones.
Son una especie de decálogo de frases recopiladas de aquí y de allá y que, en algún momento, me hicieron reflexionar y, creo yo, me prepararon para afrontar ésta, para mi, "gran aventura". Eran las siguientes:
· Viaja siempre con una sonrisa en los labios y recuerda que eres tú el que, con sus "costumbres extrañas" estas visitando el país de otras personas.
· Hay que ponerse en manos de la amabilidad de los desconocidos ... allá a donde uno vaya siempre encontrara buenas personas.
· La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares e instantes que nos quitaron la respiración.
· Viajar es como entrar en un aula al aire libre.
· Al viajar nuestras mentes se vuelven más curiosas, nuestros corazones más poderosos y nuestros espíritus mas alegres y libres, por lo que ya no volvemos, nunca, a ser los mismos.
· La casualidad es la mejor guía de viajes que existe.
· Cuanto más tiempo pasa uno tratando de entender la forma de ser y de vivir de otras personas, más lograra comprender la suya propia.
· El viaje que realizamos por el extranjero es un reflejo del que realizamos por nuestro interior, el territorio más desconocido, ajeno y sin cartografiar que existe.
· Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.
De estas "perlas" procuré seguir aquellos consejos que implicaban el respetar a los demás y sus formas de vivir (aunque soy consciente de que no siempre lo conseguí) y de algunas de ellas pude comprobar, en vivo y en directo, su bondad y lo acertado de sus aseveraciones. De otras, en fin, simplemente espero que sean ciertas y produzcan en mí esas "mágicas" consecuencias de madurez, sabiduría, supresión de prejuicios, etc. ¡¡En esta ocasión, como en aquella otra, el tiempo lo dirá!!.
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