Panajachel y alrededores
01.10.2009:
Hoy he estado visitando algunos puebecitos en los alrededores de Panajachel y disfrutando de las fiestas de aqui. En casi todas las festividades que he tenido la suerte de ver en todo el continente, una constante en todas ellas son las procesiones y los desfiles, evidentemente unas son de tipo religioso y otras civico-paganas.
Aqui se entremezclan ambas, y no es que salgan la vez, sino que los desfiles son mayoritariamente de colegios, institutos, asociaciones, etc., y estas instituciones suelen estar regidas por las distintas confesiones que abundan por aqui. Una gran parte de elllas de origen norteamericano: baptistas, anglicanos, etc., y salen en los desfiles llevando sus estandartes con consignas, lemas, frases biblicas, etc., dando al conjunto un aspecto muy curioso: pasan unas chicas tipo majoretes en minifalda y moviendose de forma bastante lasciva y, a continuacion y a escasos metros, unas niñas vestiditas con su falda plisada larga y una especie de escapulario con frases del tipo "el Señor es mi pastor", etc..
Tambien desfilan las diferentes municipalidades de los pueblitos aledaños que son todas de origen indigena con su municipe con el baston de mando al frente y los concejales con ofrendas, etc., todos ellos con sus trajes de fiesta etnicos. ¡Muy bonito, colorista y ruidoso el conjunto!.
Luego del desfile he visitado varios pueblitos con sus mercadillos autenticos y no para turistas, con la gente -100% indigenas- vistiendo de diario, sus charlatanes de mercado vendiendo ungüentos a base de veneno de serpiente y, mientras habla, ¡se mete entre la camisa una serpiente con muy mala pinta!, supongo que sera para demostrar que no tienen miedo a la picadura o para demostrar el poder de su pocion ... no se, pues habla en alguno de los 32 dialectos que hablan en Guatemala las etnias descendientes de los Mayas (por aqui no se oye hablar en español y la gente mayor lo entiende pero no lo habla).
Por la tarde, como todas las que llevo aqui en el lago Atitlan, a disfrutar del atardecer en el lago con sus preciosos juegos de colores de luz que proyecta el sol y las nubes sobre estas limpidas aguas.
¡Un dia tranquilo y agradable!.
Hoy he estado visitando algunos puebecitos en los alrededores de Panajachel y disfrutando de las fiestas de aqui. En casi todas las festividades que he tenido la suerte de ver en todo el continente, una constante en todas ellas son las procesiones y los desfiles, evidentemente unas son de tipo religioso y otras civico-paganas.
Aqui se entremezclan ambas, y no es que salgan la vez, sino que los desfiles son mayoritariamente de colegios, institutos, asociaciones, etc., y estas instituciones suelen estar regidas por las distintas confesiones que abundan por aqui. Una gran parte de elllas de origen norteamericano: baptistas, anglicanos, etc., y salen en los desfiles llevando sus estandartes con consignas, lemas, frases biblicas, etc., dando al conjunto un aspecto muy curioso: pasan unas chicas tipo majoretes en minifalda y moviendose de forma bastante lasciva y, a continuacion y a escasos metros, unas niñas vestiditas con su falda plisada larga y una especie de escapulario con frases del tipo "el Señor es mi pastor", etc..
Tambien desfilan las diferentes municipalidades de los pueblitos aledaños que son todas de origen indigena con su municipe con el baston de mando al frente y los concejales con ofrendas, etc., todos ellos con sus trajes de fiesta etnicos. ¡Muy bonito, colorista y ruidoso el conjunto!.
Luego del desfile he visitado varios pueblitos con sus mercadillos autenticos y no para turistas, con la gente -100% indigenas- vistiendo de diario, sus charlatanes de mercado vendiendo ungüentos a base de veneno de serpiente y, mientras habla, ¡se mete entre la camisa una serpiente con muy mala pinta!, supongo que sera para demostrar que no tienen miedo a la picadura o para demostrar el poder de su pocion ... no se, pues habla en alguno de los 32 dialectos que hablan en Guatemala las etnias descendientes de los Mayas (por aqui no se oye hablar en español y la gente mayor lo entiende pero no lo habla).
Por la tarde, como todas las que llevo aqui en el lago Atitlan, a disfrutar del atardecer en el lago con sus preciosos juegos de colores de luz que proyecta el sol y las nubes sobre estas limpidas aguas.
¡Un dia tranquilo y agradable!.
Panajachel y el lago Atitlan
30.09.2009:
El lago Atitlan es uno de los iconos del turismo en Guatemala, junto con los pueblos y volcanes de sus alrededores. Cuando llegas comprendes porque. Es un lugar precioso, relamente bello. El lago no es muy grande pero sus aguas son limpias y cristalinas. Esta rodedado de una cadena montañosa y de tres volcanes: el San Pedro, el Tolima y el Atitlan, estos dos ultimos casi superpuestos hasta el punto de que parecen, desde esta orilla del lago, uno solo.
Los pueblos ribereños son en su gran mayoria de poblacion indigena: Kaqhiqueles y Tz`utumiles y otras etnias menores. Cada etnia se distingue de la otra al kilometro por sus vestimentas tipicas. En las mujeres es mas dificil apreciar esas diferencias que estan, fundamentalmente, en los tocados a modo de turbantes que se colocan en la cabeza. En cambio en los hombres es bastante facil. No se cual sera la denominacion de cada uno, pero en una de ellas, los hombres parecen pavos reales con unos pantalones y chalecos multicolores y, ademas, una manta arrollada a la cintura a modo de falda sobre los pantalones "pesqueros". La otra etnia lleva unos pantalones cortos, tipo bermuda, blancos con rallas negras verticales o tambien multicolores, con un sombrero bastante vistoso de ala ancha.
En mi habitual visita a la iglesia del lugar he vuelto a comprobar que nunca antes habia visto rezar con tanta devocion y adoracion como a los indigenas de Guatemala: entran de rodillas en la iglesia y van asi hasta el altar mayor o al santo de su devocion. Alli rezan en voz alta en su idioma con gran afeccion de la voz, frecuentes llantos y manos alzadas al cielo, etc., luego se retiran igual que entraron ¡de rodillas pero marcha atras! para no dar la espalda al altar.
Son gentes de toda edad: niños, jovenes, adultos, viejos y -algo que no se suele ver mucho en las iglesias- bastantes hombres. Adornan a sus santos (que suelen tener un nombre cristiano y ellos le dan otro indigena) con una amalgama de colores, flores plastico, ponchos sobre sus hombros, plumas, cantidad de espejos, ofrendas, muñecos de plastico, colgantes, etc.. Cerca del altar tienen otra especie de altar de metal en el suelo sobre el que colocan ofrendas de frutas frescas, manzanas, platanos y, por supuesto, maiz, junto con velas en forma de corazones, pies, visceras, etc..¡Muy colorista y emocionante!.
Son fiestas en Panajachel, el pueblo donde me alojo (San Francisco de Asis que cuenta con una gran devocion en toda la America indigena) y, claro, fiestas y verbena son todo uno por aqui. Las verbenas son una delicia para esos niños (como lo fueron para todos los que ya somos un poco -solo un poco- "tarrillas") poco acostumbrados a la fiesta y las distracciones tipo consola, pelis, bicis, ordenador, etc. (la mayoria trabaja en el campo con sus padres o ayuda en la venta callejera a sus madres).
Las "atracciones" harian las delicias de cualquier coleccionista de juguetes viejos: norias que parece que se van a echar a rodar cuesta abajo cada vez que giran por los chirridos que hacen sus tornillos. Unos "cochecitos" de lo mas naif que se pueda imaginar, hechos a martillazos con hojas de lata. Escopetas del tiro al blanco que se ve, a simple vista, que tienen el cañon torcido. Una porteria pequeña con un monigote a modo de portero al que hay que tirarle un penalty para ver si se la cuelas. Ruletas, tipo barquillero, que tienen en cada clavo un "magnifico premio": un chicle, un cigarillo, un chupete de caramelo, una caja de cerillas, anillos, pendientes, brazaletes de la "mas fina bisuteria" de a quetzal el kilo (es la moneda local). Botellas de sidra a las que tienes que ensartar con un aro (no hay cristiano que lo cuele hasta el suelo). Patos en una laguna a los que tienes que pescar y que llevan un numero en el culo (¡aqui siempre toca con unas regalias de lujo ... pregona el vendedor).
La verdad es que nada de esto me es ajeno y los conocia casi todos, incluso he estado tentado de probar suerte en alguno o comerme un "raspado" (un polo que hacen raspando en una barra de hielo al que luego le echan un liquido de un color sospechoso y chillon que llevan en botellas). Y lo mejor de todo ... los niños con los ojos abiertos como platos mirando todas aquellas "maravillas" y tentaciones de colores, corriendo, saltando, gritando, etc.. ¡Todo un espectaculo!.
¡¡Que viva la fiesta!!.
El lago Atitlan es uno de los iconos del turismo en Guatemala, junto con los pueblos y volcanes de sus alrededores. Cuando llegas comprendes porque. Es un lugar precioso, relamente bello. El lago no es muy grande pero sus aguas son limpias y cristalinas. Esta rodedado de una cadena montañosa y de tres volcanes: el San Pedro, el Tolima y el Atitlan, estos dos ultimos casi superpuestos hasta el punto de que parecen, desde esta orilla del lago, uno solo.
Los pueblos ribereños son en su gran mayoria de poblacion indigena: Kaqhiqueles y Tz`utumiles y otras etnias menores. Cada etnia se distingue de la otra al kilometro por sus vestimentas tipicas. En las mujeres es mas dificil apreciar esas diferencias que estan, fundamentalmente, en los tocados a modo de turbantes que se colocan en la cabeza. En cambio en los hombres es bastante facil. No se cual sera la denominacion de cada uno, pero en una de ellas, los hombres parecen pavos reales con unos pantalones y chalecos multicolores y, ademas, una manta arrollada a la cintura a modo de falda sobre los pantalones "pesqueros". La otra etnia lleva unos pantalones cortos, tipo bermuda, blancos con rallas negras verticales o tambien multicolores, con un sombrero bastante vistoso de ala ancha.
En mi habitual visita a la iglesia del lugar he vuelto a comprobar que nunca antes habia visto rezar con tanta devocion y adoracion como a los indigenas de Guatemala: entran de rodillas en la iglesia y van asi hasta el altar mayor o al santo de su devocion. Alli rezan en voz alta en su idioma con gran afeccion de la voz, frecuentes llantos y manos alzadas al cielo, etc., luego se retiran igual que entraron ¡de rodillas pero marcha atras! para no dar la espalda al altar.
Son gentes de toda edad: niños, jovenes, adultos, viejos y -algo que no se suele ver mucho en las iglesias- bastantes hombres. Adornan a sus santos (que suelen tener un nombre cristiano y ellos le dan otro indigena) con una amalgama de colores, flores plastico, ponchos sobre sus hombros, plumas, cantidad de espejos, ofrendas, muñecos de plastico, colgantes, etc.. Cerca del altar tienen otra especie de altar de metal en el suelo sobre el que colocan ofrendas de frutas frescas, manzanas, platanos y, por supuesto, maiz, junto con velas en forma de corazones, pies, visceras, etc..¡Muy colorista y emocionante!.
Son fiestas en Panajachel, el pueblo donde me alojo (San Francisco de Asis que cuenta con una gran devocion en toda la America indigena) y, claro, fiestas y verbena son todo uno por aqui. Las verbenas son una delicia para esos niños (como lo fueron para todos los que ya somos un poco -solo un poco- "tarrillas") poco acostumbrados a la fiesta y las distracciones tipo consola, pelis, bicis, ordenador, etc. (la mayoria trabaja en el campo con sus padres o ayuda en la venta callejera a sus madres).
Las "atracciones" harian las delicias de cualquier coleccionista de juguetes viejos: norias que parece que se van a echar a rodar cuesta abajo cada vez que giran por los chirridos que hacen sus tornillos. Unos "cochecitos" de lo mas naif que se pueda imaginar, hechos a martillazos con hojas de lata. Escopetas del tiro al blanco que se ve, a simple vista, que tienen el cañon torcido. Una porteria pequeña con un monigote a modo de portero al que hay que tirarle un penalty para ver si se la cuelas. Ruletas, tipo barquillero, que tienen en cada clavo un "magnifico premio": un chicle, un cigarillo, un chupete de caramelo, una caja de cerillas, anillos, pendientes, brazaletes de la "mas fina bisuteria" de a quetzal el kilo (es la moneda local). Botellas de sidra a las que tienes que ensartar con un aro (no hay cristiano que lo cuele hasta el suelo). Patos en una laguna a los que tienes que pescar y que llevan un numero en el culo (¡aqui siempre toca con unas regalias de lujo ... pregona el vendedor).
La verdad es que nada de esto me es ajeno y los conocia casi todos, incluso he estado tentado de probar suerte en alguno o comerme un "raspado" (un polo que hacen raspando en una barra de hielo al que luego le echan un liquido de un color sospechoso y chillon que llevan en botellas). Y lo mejor de todo ... los niños con los ojos abiertos como platos mirando todas aquellas "maravillas" y tentaciones de colores, corriendo, saltando, gritando, etc.. ¡Todo un espectaculo!.
¡¡Que viva la fiesta!!.
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