Hoy, mientras hago tiempo para que salga mi autobus hacia Campeche por la tarde, he ido a visitar unas ruinas que tardas mas en pronunciar su nombre que en verlas: Dzibilchaltun. A pesar de lo pequeño de su tamaño tiene un par de singularidades y rasgos distintivos: una ermita cristiana del siglo XVI (construida logicamente con los mismos materiales de las ruinas y que resulta chocante una iglesia cristiana justo al lado de un templo maya) y un cenote (poza) a ras de suelo con aguas cristalinas en las que te puedes bañar. Otra cosa que la hace singular es que en su Templo de las 7 Muñecas, nada especial por otro lado, durante los equinoccios de primavera y otoño el sol lo traspasa de parte a parte atravesando sus dos puertas de acceso.
Y aqui he venido a pasar el rato y a darme un bañito para mitigar un poco el tremendo calor que hace y que es axfisiante.
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