Caracas es el caos, la anarquia y el desorden en estado puro: coches; carritos; motos; caminones; "busetas" y decenas de miles de personas se adueñan de todas las calles entremezclandose en una alucinante amalgama de sonidos, olores, colores en la que todos a la vez y sin orden ni control comparten las calles, aceras y carreteras. La aglomeracion de puestitos callejeros, carritos con comida y bebida, vendedores ambulantes de toda clase y color (¡hasta docenas de personas con varios telefonos moviles -perdon "celulares"-colgando del cuello alquilandolos por minutos para que la gente llame!).








El muestrario de las cosas que venden al menudeo es infinita e inimaginable desde perspectivas europeas: muchos solo portan dos o tres unidades de lo que sea para vender, otros con montañas de la misma cosa: zapatillas, bragas o lo que sea. El gentio que se adueña de las calles de Caracas es de tal magnitud que parece que hubieran salido todos sus habitantes a la vez a las calles. Ocurre igual con los con los coches/carros, que llegan a formar colas quilometricas a cualquier hora del dia, especialmente en las encrucijadas entre dos avenidas o calles grandes. Los caraqueños gastan horas diarias en esas trampas mecanizadas. Los semaforos existen, aunque aun no se cual es su funcion o cometido, dado el nulo caso que les hacen sus usuarios.








La suciedad acumulada por doquier me es absolutamente imposible describir, lo que unido a la sensacion de absoluto abandono y falta de mantenimiento del mobiliario urbano, incluidos los monumentales socavones en plena ciudad que obligan a los vehiculos a "badearlos" a dos por hora y rueda a rueda (como en el Paris-Dakar). Si a eso le añades que no hay ni un solo cartel indicando las calles ni, por supuesto, la numeracion de las casas y que nadie -incluidos los 4 o 5 tipos distintos de uniformados a los que he preguntado infructuosamente y que pululan por doquier llevando unos enormes pistolones, fusiles de asalto, cartucheras repletas de cargadores, chalecos antibalas y uniformes tipo "madelman" que harian las delicias de cualquier "milico"- nadie sabe donde cae nada y te remiten, a su vez, al uniformado de al lado. El cuadro deberia ser desolador (y no es que no lo sea), pero la potencia de la vida que fluye por todas sus arterias, la vitalidad de sus gentes, su colorido y belleza, hacen de Caracas una ciudad digna de ser visitada y le dan un "puntito" que redime a esta feisima ciudad.

1 comentario:

  1. ¡Por fin Pepe!. Ya nos tenías un poco preocupados, porque no teníamos noticias tuyas.

    No has podido iniciar mejor el viaje, lo cual es muy positivo desde todas las perspectivas.

    Visité Caracas hace unos 15 años y por lo que cuentas ha cambiado un poco, pero para mal. Recuerdo que cuando llegamos a la ciudad, procedentes del aeropuerto, una de las cosas que me llamó la atención fue que no se respetaban los semáforos; efectivamente, funcionaban, pero nadie los respetaba. La razón que me dieron entonces es que era peligroso a aquellas horas (empezaba a oscurecer), porque si te parabas te podían robar (?).

    Pude comprobar que había una gran preocupación por la seguridad y eso se notaba en todas partes, especialmente, entre aquellos que tienen algo que perder. Al resto, creo que no les preocupaba y tengo para mi que sigue sin preocuparles.

    Con tu capacidad para observar y sacar las mejores conclusiones de todo lo que ves, seguro que serás capaz de disfrutar.

    Restablecido el contacto, procuraré mantenerte al día de cómo nos van las cosas por aquí.

    Mientras tanto, recibe un fuerte abrazo

    Poli.

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